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Rojo pide que se moderen los márgenes empresariales y que se abarate el despido para crear empleo estable

El gobernador del Banco de España, Luis Ángel Rojo, y el Informe Anual 1994 de la institución sobre la economía española proclamaron ayer severas advertencias sobre la amenaza que supone la inflación para la recuperación de la economía. Rojo defendió que para garantizar el crecimiento económico es necesario descartar los riesgos inflacionistas y profundizar en el ajuste presupuestario. También advierte a los empresarios que hay que reducir los márgenes empresariales (diferencia entre el precio que fija el empresario por un producto y el coste que le ha supuesto) y recomienda abaratar el despido para aumentar el empleo indefinido. Rojo avanzó un crecimiento del PIB ligeramente superior al 3% en 1995.

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"Si los empresarios no contienen la elevación de sus márgenes ante la mejora de la demanda, si no se mantiene la moderación salarial, si se retrasa el esfuerzo necesario para reducir el déficit público, el crecimiento y la creación de empleo se interrumpirán". Estas palabras del discurso del gobernador del Banco de España, Luis Ángel Rojo, ante el Consejo de Gobierno de la institución, definen exactamente las advertencias emitidas ayer por la institución monetaria sobre los riesgos que amenazan la recuperación de la economía: inflación y ausencia de ajuste presupuestario. Rojo precisó todavía más: "Si no se persiste en el esfuerzo por reducir las regideces de los mercados y actividades, la dificultad y los costes de reducir la inflación serán mayores; y será menor el crecimiento de la actividad y el, empleo en la economía.Rojo atacó en su discurso los factores estructurales que de forma más aguda han favorecido la inflación. Por una parte, "las rigideces orientadas a asegurar precios que impidan pérdidas, aumenten los beneficios o incrementen los ingresos de determinados sectores y grupos respecto de lo que ocurriría en condiciones de mayor competencia". Es decir, beneficios empresariales obtenidos por aumentos de precios y no por el aumento exclusivo de las ventas. Por otro, la elevada indiciación de la economía (fijación de las rentas según los precios pagados), como una de las causas de la espiral precios-salarios: "Cuanto mayor sea el grado de indiciación practicado en una economía, más lento y difícil será todo proceso de reducción de la tasa de inflación".

Déficit e inflación

La segunda línea de ataque del gobernador en su discurso anual se centró en los déficits públicos elevados y persistentes, un aviso meridiano para Economía y su política presupuestaria. "La persistencia de los déficit" asevera el gobernador, "hace aumentar la deuda en circulación y, con ella, las dificultades de financiación y refinanciación ( ... ); y si la corrección del déficit se difiere en exceso, el crecimiento de la deuda generará desconfianza en los mercados y éstos elevarán las primas de riesgo ante el temor de que el proceso no pueda mantenerse y se alcance una aceleración inflacionista final".

Rojo defendió que la inflación sea el objetivo central de la política económica, en coherencia con el control que debe establecer sobre la inflación según el nuevo esquema de política monetaria. Las advertencias cuasi admoniciones de su discurso no impidieron una versión amable sobre la economía española en 1995: "En estos momentos cabe prever una tasa de crecimiento real de la economía española qué podría ser incluso ligeramente superior al 3% en l.995".

El Informe del Banco de España detalla abiertamente las reformas mencionadas por Rojo, la más espectacular de las cuales se refiere al mercado de trabajo. "Una regulación que estimulase más la contratación laboral por tiempo indefinido, a través de la reducción de los costes de ajuste del empleo que soportan las empresas, tendría efectos muy beneficiosos sobre la creación de empleo, sobre la adaptación de las condiciones de trabajo a las circunstancias de costes y demanda y, en definitiva, sobre la eficiencia de la economía y la estabilidad en el empleo de los trabajadores". Es decir, el Banco de España apuesta por el empleo estable, pero para conseguirlo, considera necesario un abaratamiento del coste del despido.

El texto del Banco de España defiende y pormenoriza las tesis del gobernador: control de la inflación, ajuste fiscal y reformas estructurales son la única garantía para un crecimiento "no inflacionario". "Hay que señalar la insuficiencia del ahorro nacional para financiar la inversión corriente", que, junto con el déficit público "y la persistente tendencia a la pérdida de competitividad que se deriva del diferencial de inflación respecto a los países más prósperos de la UE (...) son los obstáculos más importantes para mantener el crecimiento económico sostenido".

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