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Rincón y Ponce torean mano a mano

Gran expectación por la corrida de Beneficencia, que se celebra hoy en Las Ventas

La tradicional corrida de Beneficencia, en la que torean mano a mano César Rincón, triunfador de la pasada feria de San Isidro, y Enrique Ponce, que cortó una oreja, se celebra esta tarde en Las Ventas, y como es habitual, asistirá el Rey. El festejo ha despertado una gran expectación, "como corresponde a su magnifico carteI", cual presume su organizador, Pedro Mora, director del Centro de Asuntos Taurinos de la Comunidad de Madrid.

En el festejo se lidiarán toros de la divisa salmantina de Sepúlveda, muy del gusto de ambos diestros. Los beneficios económicos de esta corrida, que se calcula alcancen los 30 millones de pesetas, una cifra ligeramente superior a la de 1994, serán para la Fundación de los Pueblos Indígenas, que los va a destinar a tres de las zonas que atiende en Colombia. En 1994 se destinaron a diversas obras benéficas en las zonas de Bosnia donde estaban los cascos azules españoles. Tanto César Rincón como Enrique Ponce, que cobran por su actuación -según medios taurinos 20 millones de pesetas cada uno-, han prometido un donativo importante.Precisamente cuando la Comunidad, por medio del Centro de Asuntos Taurinos, decidió aceptar, a finales de 1994, la petición que la fundación le hizo de disponer de los beneficios de este festejo, se pensó inmediatamente en César Rincón.

Figura mundial

"¿Quién mejor que un torero que es colombiano y máxima figura mundial, además de un auténtico ídolo en su país, donde también ayuda a varias entidades humanitarias"?, pregunta Pedro Mora, para añadir que "nos cuadraba con nuestra idea previa de recuperar los mano a mano entre dos figuras para la tradicional corrida de Beneficencia".Ya sólo quedaba el rival del colombiano, siendo Enrique Ponce el que eligieron, "porque nos parece que tiene acreditada su condición de máxima figura española", según Mora. "Luego, la feria de San Isidro nos ha dado la razón, pues ambos fueron de los escasísimos espadas que cortaron orejas, aparte de que el colombiano abrió la puerta grande y Ponce estuvo a punto de hacerlo", señala antes de indicar que la respuesta de los aficionados, que aseguran el lleno esta tarde, algo que no se consiguió con el cartel de 1994, le reafirma en su acierto.

"Es una buena despedida", concluye el socialista Pedro Mora, quien dejará la próxima semana el cargo de director del Centro de Asuntos Taurinos de la Comunidad desempeñó los cuatro últimos años, tras haber ganado el Partido Popular las elecciones autonómicas.

César Rincón y Enrique Ponce coinciden en declarar que torear al lado de su rival de esta tarde les motiva. Para el colombiano, además, significa "ayudar a mi país por medio de la. Fundación de los Pueblos Indígenas", así como superar nuevamente el examen de la afición madrileña, "que me exigirá una actuación similar a las que le suelo tener acostumbrado".

Rincón, que ya participó en la corrida de Beneficencia de 1991 -entonces mano a mano con José Ortega Cano-, año de sus cuatro salidas a hombros en la plaza de Las ventas, de Madrid, está casi convencido de seguir adornando su hoja de servicios a la fiesta con otra puertas grande.

Tres razones

"Tengo tres razones", dice el torero colombiano, "para pensar que esta tarde no va a estar muy lejos que vuelva a abrir la puerta más decisoria del mundo", explica antes de particularizar, esas tres razones: "Me gusta la ganadería, tengo que ganarle la partida a mi compañero y, además, dispongo de tres toros para ir sumando orejas". También Ponce se muestra orgulloso de haber sido elegido y participar en la que denomina corrida más importante de cada temporada. "Este festejo me da suerte", asegura, "porque llevo varias ferias de San Isidro rozando la puerta grande, y la única vez que la he abierto fue en la Beneficencia de 1992". El valenciano coincide en idénticas razones que Rincón a la hora de mostrar su optimismo para su actuación de esta tarde.

LA CORRIDA DE HOY

Plaza de Las Ventas.

Corrida de Beneficencia.

Toros de Sepúlveda de Yeltes, propiedad de Íñigo y Antonio Sánchez Urbina, de Martín de Yeltes (Salamanca). Divisa verde y grana. Antigüedad, 26 de septiembre de 1844.

Matadores: César Rincón y, Enrique Ponce, mano a mano.

A las 19.00.

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