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La ONU apuesta por la diplomacia en Bosnia hasta que la nueva fuerza de intervención sea operativa

Ramón Lobo

La primera partida de ajedrez entre la ONU y Radovan Karadzic, líder de los serbios de Bosnia, ha terminado. En una reunión celebrada en la ciudad croata de Split, en la costa dálmata, entre el plenipotenciario del secretario general de las Naciones Unidas, Yasushi Akashi, y los máximos jefes militares, de la Fuerza de Protección de, las Naciones Unidas (Unprofor) en la antigua Yugoslavia, el general francés Bertrand Janvier, y en Bosnia-Herzegovina, el general británico Rupert Smith, se acordó "estabilizar la situación" y "regresar a la misión de mantenimiento de la 99 paz , para facilitar, de este modo, "la puesta en marcha de una iniciativa diplomática" capaz de hallar una solución política al conflicto.

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El regreso al status quo anterior a los bombardeos de la OTAN del 25 de mayo "no significa que Unprofor considere que aquellos ataques fueron un error", explicó ayer el portavoz oficial Aleander Ivanko.De todos modos, el retorno a la situación anterior se va a efectuar con enormes recortes: el aeropuerto de Sarajevo seguirá cerrado a la ayuda humanitaria -"no tenemos señales positivas de los serbios en este asunto", reconoció ayer Ivanko-; no está previsto que se reanude de forma inmediata el suministro de gas, agua o electricidad a la ciudad, y, en tercer lugar, pero no menos importante, Unprofor no tiene planes en estos momentos de hacer regresar las armas pesadas a los puestos de depósito y control establecidos en el ultimátum de la OTAN de febrero de 1994 ni volver a vigilar los que están vacíos.

El portavoz Ivanko insiste en que esto no significa "un abandono total de las condiciones del ultimátum de febrero". El robo de estas armas pesadas por los serbios de Bosnia fue la razón esgrimida por la OTAN para atacar a finales de mayo tres bunkers de munición en Pale. Un miembro de la oficina de información de Unprofor en Sarajevo respondió a la pregunta de EL PAÍS de si esto era "una bajada de pantalones" con un "¿esperabais otra cosa?".

Única salida

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El objetivo de la "estabilización" es, según el teniente coronel Gary Coward, portavoz militar de Unprofor, el marcado a medio plazo, hasta que la Fuerza de Intervención Rápida (FIR) -en la que va a participar también España- esté plenamente operativa. Una segunda fase dependerá siempre de las deliberaciones del Consejo de Seguridad de la ONU y de las órdenes que de él emanen en los, próximos días. Fuentes de Unprofor insisten en que esta situación transitoria acordada en la reunión de Split es la única salida posible en espera de un nuevo mandato.

Con los modernos aviones de la OTAN paralizados en su base por los 145 rehenes de cascos azules que aún permanecen en manos serbias y con el anuncio de Unprofor de que vuelve a su mandato de mantenimiento de la paz, Karadzic ya no necesita más jaques. Tiene todo lo que soñaba. En Unprofor se piensa que ahora la liberación de los 145 es cuestión de días. Las autoridades de Belgrado piensan lo mismo.

El regreso al estado anterior al 25 de mayo debería aliviar la situación alimentaria de los enclaves orientales (Srebrenica, Zepa y Gorazde), de Sarajevo y del enclave de Bihac, al noroeste de Bosnia. Todos ellos, junto a Tuzla, en el norte, son zonas protegidas por las resoluciones del Consejo de Seguridad. El panorama en este campo es no menos desalentador que en el militar, donde ayer resultaron heridos tres soldados británicos al suroeste de Gornj Vakuf. Pisaron una mina.

El convoy de 10 camiones -cerca de 80 toneladas de alimentos- a Zepa sigue, por cuarto día, atrapado en el puesto de control serbobosnio de Rogatica. Las informaciones eran ayer un tanto confusas. Mientras que el portavoz en Sarajevo del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR), Marck Cutts, decía ayer que el convoy estaba completo y que esperaban el permiso para avanzar hoy (por ayer), otras informaciones indicaban que el convoy había sido confiscado. En una carta al secretario general de la ONU, Butros Butros-Gali, el general Ratko Mladic, jefe militar de los radicales serbios de Bosnia, dice que la mercancía ha sido confiscada porque se halló en su interior cierta cantidad de municiones. Cutts admite que el asunto del convoy de Zepa es "muy poco aleccionador" y "pone en duda la viabilidad del acuerdo" alcanzado por el ACNUR hace dos días en Pale con el propio Karadzic. Según este compromiso, el ACNUR podrá introducir convoyes humanitarios en Sarajevo, seguramente a partir del martes, por la ruta de KiselJac, y con escolta serbia. "Tenemos que someter a Pale la documentación del convoy para recibir permiso", dice Cutts.

La vuelta al status quo parece el regreso a los peores momentos de - la guerra en 1992 y 1993, cuando los permisos serbios de paso eran una lotería, un instrumento más de guerra, para debilitar la moral de los sitiados. Existen multitud de acuerdos firmados por Unprofor y los serbios para la libre circulación de convoyes. De nada servirá otro papel, aunque sea con el membrete oficial de una solemne resolución del Consejo de Seguridad de las ONU, si no hay voluntad política de hacerlo cumplir, aunque sea a la fuerza.

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