Solana reitera que España no enviará más soldados a la zona de conflicto
X. V. - F."España tiene ya muchas tropas desplegadas en el terreno y en áreas donde la tensión puede subir. Ya ha realizado un gran esfuerzo", dijo ayer en Bruselas el ministro de Asuntos Exteriores, Javier Solana. De esta forma argumentó que "no estamos en disposición de enviar ni más cascos azules ni más tropas" regulares, ni unidades navales, pese a que el Reino Unido acaba de decidir enviar un destacamento de 1.400 hombres, y a que otros países podrían hacer lo propio en las próximas horas. La diferencia radica en que los soldados británicos ya desplegados ocupan actualmente posiciones de mayor peligro inmediato
A la pregunta de si, como defendió el comisario europeo Hans Van den Broek, sólo existen dos auténticas alternativas, la evacuación de los soldados humanitarios o un reforzamiento militar orientado hacia una amplia ofensiva, el jefe de la diplomacia española replicó que "en estos momentos debemos ser muy prudentes y cuidadosos con nuestras afirmaciones", porque "las operaciones son delicadas", refiriéndose a la situación de los escudos humanos y al encaje de bolillos diplomático que se pretende con Belgrado, Washington y Moscú.
Pese a este deliberado bajo perfil declarativo del país, este fin de semana se ha concretado una operación pendiente desde hace meses: el acceso de España a las reuniones del Grupo de Contacto, integrado por Estados Unidos, Rusia, Alemania, Francia y el Reino Unido). Una concreción que viene a constituir el reconocimiento del compromiso español tanto en el terreno humanitario -hay más de 1.000 cascos azules españoles en la zona- como en el más directamente militar tras los ataques aéreos de la pasada semana. La primera reunión del grupo con presencia del ministro Solana se iniciaba precisamente anoche en La Haya.
En realidad, España ya debería haber entrado en este grupo a principios de año por su pertenencia a la troika comunitaria. Pero los estatutos de este Grupo de Contacto, creado el año pasado sin vocación de perdurar y con el objeto de diseñar el plan de paz, son bastante ambiguos. Como se trata de un mecanismo para coordinar ágilmente a EE UU, a Rusia y a los principales países europeos y no se quiso desmarcar de él a Alemania se encontró la fórmula de que Bonn entraba por formar parte de la troika. Pero hasta el pasado fin de semana no estaba claro si España accedería a él hasta que asumiese la presidencia comunitaria -el presidente de turno es miembro natural del grupo-, el próximo mes de julio.
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