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Entrevista:

"En El Quijote las lenguas convivían sin conflicto"

Álex Grijelmo

Fernando Lázaro Carreter tiene 71 años y disfruta con los ordenadores. A su edad, ha rejuvenecido la Real Academia. En el magno edificio de la calle de Alcalá, los salones de madera y cortinajes conviven ya con oficinas que muy bien podrían confundirse con la Redacción de un diario moderno y en las que trabajan más de setenta filólogos. Los viejos archivos de la casa permiten hallar una anotación manuscrita de Menéndez Pidal en la ficha de la palabra "desprender", pero también se puede averiguar en un CD-ROM -"hay que resignarse a decirlo así"- que la expresión "azafata", por paradójico que parezca, ya estaba en el diccionario en 1726.Lázaro Carreter, nacido en Zaragoza, cumplirá 72 años pasado mañana, día 30. Ingresó en la Academia en 1972 y fue elegido su director en 1991. Hace unos meses sufrió arrebatadas acometidas por la carta que envió al presidente del Gobierno en defensa del castellano. La Academia tiene un presupuesto de 700 millones.

Pregunta. Los españoles acabamos de montar una patriótica guerra, con Canadá por un pez que ni siquiera teníamos en nuestro diccionario: ¿Qué le parece?

Respuesta. La Academia ha consagrado su tiempo a estudiar la palabra fletán. Y una vez que nuestro naturalista y académico Rafael Alvarado hizo las averiguaciones pertinentes, tendrá su definición en la próxima edición del diccionario. Es un pescado que vemos ya en las tiendas y los mercados, y que probablemente hasta ahora lo hemos comido con otro nombre, ¿no? Es una palabra tomada del francés.

P. ¿Valió la pena escribir a Felipe González aquella carta que le ocasionó a usted tantos ataques?

R. Creo que sí. La Academia definió su concepto de bilingüismo en. términos prudentes, ponderados. Valió para una reflexión publica, aunque en algunas ocasiones fuera desmesurada, tremendamente injusta. La carta era un acuerdo de la Academia tomado por unanimidad, y no se ven razones para no mantener su contenido.

P. ¿Es necesaria una ley de defensa del idioma?

R. No hace falta una ley. La única ley que defiende el idioma es una correcta enseñanza de la lengua española. Sí tendría sentido algo que se pareciese a lo que decía la carta a Felipe González: que en España los documentos se expidan en la lengua que solicite el interesado, no forzosamente en una lengua determinada: a petición propia; y también, por ejemplo, que los manuales de uso de máquinas y aparatos sean traducidos correctamente.

P. La propia Administración descuida el lenguaje. Usted se ha quejado de que en los aeropuertos pusieran catering y fingers...

R. ... Está muy bien que en los aeropuertos hablen el inglés, porque es la lengua internacional de la aviación, y lo que importa cuando uno va en un avión es que no se caiga. Pero, por Dios, que no nos obliguen a ver sólo el inglés en los aeropuertos.

P. ¿Debemos, decir Lleida y Girona?

R. Así se llaman ya legalmente. Lo curioso es que Lérida es el nombre catalán. de la ciudad, no es una traducción al castellano. Toda la tradición de los trovadores catalanes utiliza la palabra Lérida, que es la palabra catalana de la época. Después, esa expresión evolucionó en catalán hasta ser Lleida, y en castellano quedó como Lérida (palabra catalana, insisto, que adoptó el castellano). Yo creo que lo más sensato es que cuando se escribe o se habla en catalán se use el nombre catalán, y que cuando se emplea el castellano se utilice el nombre castellano. En el caso de Girona es más grave, porque, por ley, se introduce un fonema -yi- que no existe en castellano con esa letra. Es un caso único en la historia de las lenguas en que un Parlamento aprueba la introducción de un fonema para una sola palabra. Girona [lo pronuncia con la ge gutural] tendría más sentido, pero no Yirona con una prepalatal fricativa sonora.

P. Don Quijote se entendía con el bandolero catalán Roque Guinart, aunque cada cual hablase en su lengua. ¿Cómo convivían entonces los dos idiomas?

R. Ése es el único momento en que en El Quijote se habla de diferencia lingüística. Y lo más sorprendente es cuando se cuenta que los criados andaban prendados de lo que iba diciendo Sancho. Y Sancho, evidentemente, no hablaba en catalán. Y cuando Don Quijote visita la imprenta en Barcelona el impresor le dice que está imprimiendo un libro italiano "en nuestra lengua", evidentemente, es el castellano. No se ve en El Quijote que haya ningún conflicto idiomático. Cervantes era muy estricto con la realidad, de ahí que cite que los bandidos de Roque Guinart hablen en su lengua catalana. Pero no vuelve a hablar del asunto. Probablemente no se entendían bien, y había gente que no hablaba el castellano; pero se daba una perfecta capacidad de comprensión, que llevaba a esforzarse un poco por entender la lengua del otro. El Quijote, como gran retablo de una realidad española, presenta que existen otras lenguas, pero que no hay conflicto entre ellas. El conflicto empieza con el Decreto de Nueva Planta [Felipe V, en 1716, anuló los derechos lingüísticos catalanes, entre otros].

Diccionario en CD-ROM

P. ¿Se ha informatizado ya la Academia?

R. En estos dos últimos años estamos acometiendo la informatización completa de los trabajos académicos. El diccionario ya está informatizado. Con ese disco se pueden sacar unos provechos admirables: qué palabras hay en español sobre arquitectura, qué palabras hay procedentes de Panamá, qué palabras árabes... Y ahora, con la colaboración de Espasa-Calpe, vamos a poner a la venta un CD-ROM en la feria del libro. Hemos preparado el soporte informático para la próxima edición, que cambiará el orden. de las definiciones de una misma palabra. Otro trabajo consiste en transformar el fichero de papel -tiene 14 millones de papeletas, el trabajo de cuatro siglos- para pasarlo a ordenador. Es una tarea impresionante. Estamos pasando unas 3.000 papeletas diarias. Y vamos a poner en marcha el correo electrónico, para conectar con universidades, con las Academias americanas...

P. El Defensor del Lector de EL PAÍS abrió hace dos semanas una polémica al recoger una, propuesta de adoptar la ortografia fonética para evitar las faltas e incorrecciones.

R. Me sorprendió mucho que EL PAÍS diera paso a eso. Es una propuesta bastante irresponsable. Los españoles no somos los dueños del idioma. Es un asunto que hay que negociar con otros países tan propietarios del español como, nosotros. Justamente, lo más importante que la Academia ha hecho en su historia es unificar la ortografia. Ahí tiene usted a los portugueses y los brasileños, que andan a la greña. En cuanto se intentara modificar la ortografía, habría un movimiento de disidencia que pondría en peligro la unidad del idioma. Y luego hay otra cosa: la ruptura con el pasado. ¿Usted se imagina leer a Antonio Machado convertido a la nueva ortografía, o a Garcilaso de la Vega, o Cervantes? ¡Quedarían inútiles los millones de libros que se han editado! Y además, en una ortografía fonética, ¿cómo transcribimos, por ejemplo, el "caballo" que pronuncia un argentino [imita aquel acento con énfasis en la ye], o cómo transcribimos el seseo del español de América [las ces suenan como eses]? Sería un corte con el español contemporáneo de Ultramar y con el pasado histórico del español. La unidad de la lengua se mantiene sobre todo con la ortografía, aunque la pronunciación sea diferente.

"No estoy totalmente de acuerdo con el diccionario"

Al último diccionario (1992) se han incorporado 12.000 palabras y acepciones. Algunas de ellas fueron criticadas anteriormente por Fernando Lázaro en artículos periodísticos.P. Da la impresión de que le han metido muchos goles sus académicos. Por ejemplo, usted despotricó de la palabra "peatonal" por italianismo innecesario. Y ahora está ahí, en el diccionario.

R. Incluso me reuní con el alcalde Enrique Tierno, que me llamó para ver cómo podíamos llamar a esas calles. Él quería llamarlas "calles de sólo andar", porque también le parecía muy feo lo de "peatonal" y peatonalízación". En fin, ha triunfado, ¡qué se le va a hacer! Tal vez se puede decir mejor "calles de peatones".P.... 0 calles pedestres. Hay muchos más ejemplos de palabras admitidas que cuentan con su desacuerdo previo: se hace equivaler "honesto" (casto) y "honrado"...

R. Es influencia del inglés, sí, que no diferencia entre los dos conceptos. Honesto es de cintura para abajo, y honrado, de cintura para arriba [se ríe]. Pero ya se ha perdido la diferencia y se ha empobrecido el idioma.

P. Han aceptado "derbi", con i latina, como partido entre dos equipos de la misma ciudad, cuando la palabra procede de la ciudad británica de Derby, donde comenzó esa tradición... Y eso es con y griega.

R. No sé por qué se ha aceptado así. Las palabras se votan en la Academia... Pero yo no era el director cuando se elaboró este diccionario, aunque sí cuando se editó.

. P. Algunas palabras se han quedado inutilizables, porque significan una cosa y a la vez su contraria, como "enervar" (poner nervioso, pero también relajar), o como "defender" (en el baloncesto puede significar proteger pero también atacar, y así lo admite el diccionario).

R. Eso EL PAÍS lo usa mucho [se ríe]. Los periodistas deportivos son los más resistentes a cualquier tipo de admonición. Forma parte de su prestigio utilizar esas palabras [sonríe ante su propia ironía].

P. Y "liderar" se puede sustituir al menos con cinco palabras mejores.

R. El otro día publicaban ustedes que aquel arzobispo acusado de deshonesto "quiere liderar la liturgia de la semana santa". Hombre, eso tampoco es liderar.

P. "Contactar", que usted tanto criticó, está en el diccionario también.

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Sobre la firma

Álex Grijelmo
Doctor en Periodismo, y PADE (dirección de empresas) por el IESE. Estuvo vinculado a los equipos directivos de EL PAÍS y Prisa desde 1983 hasta 2022, excepto cuando presidió Efe (2004-2012), etapa en la que creó la Fundéu. Ha publicado una docena de libros sobre lenguaje y comunicación. En 2019 recibió el premio Castilla y León de Humanidades

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