Los aliados europeos de EE UU eluden sancionar a Irán

La aliados europeos de Estados Unidos rehuyeron sumarse ayer a las sanciones económicas anunciadas por el presidente Bill Clinton contra Irán por su presunta conexión con las actividades de grupos terroristas en Oriente Próximo. La Unión Europea (UE) rechazó secundar a Washington. "La Unión mantiene un diálogo crítico con Teherán", explicó ayer un portavoz de la UE, quien agregó que los empresarios europeos tienen libertad para "tomar sus decisiones con criterios comerciales".

La invitación de la Administración norteamericana a los demás países del Grupo de los Siete (G-7) no ha tenido eco entre sus socios europeos. Alemania, el primer proveedor comercial de Teherán, advirtió ayer a través de su ministro de Economía, Günter kexrodt, que el embargo sería "peligroso" y sólo serviría para aislar aún más al régimen iraní. En Londres, los planes del presidente Clinton tampoco han en contrado apoyo, y en Roma sólo han recibido el silencio como respuesta. "Francia comparte la actitud norteamericana respecto de Irán", dijo por su parte el ministro de Exteriores francés, Alain Juppé, quien se distanció de cualquier tentación de medidas unilaterales, informa Xavier Vidal-Folch desde París. "Un embargo no puede ser decretado sin marco jurídico y fuera de la instancia adecuada: el Consejo de Seguridad de la ONU". Los otros dos socios no europeos del G7,Canadá y Japón, sin plantear un abierto apoyo a las sanciones a Teherán, han respaldado a Clinton. Tokio proyecta congelar su ayuda económica directa a Iran, pero sin suspender las relaciones comerciales.

Sólo Israel apoya por completo la política de aislamiento. Las autoridades de Teherán se limitaron a replicar sin "inquietud" a la amenaza estadounidense: "En un mundo que necesita petróleo, no se puede excluir a Irán de los mercados mundiales" se señala.