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GUERRA SUCIA EN ARGENTINA

"No sé cómo van a remontar esto ante la historia"

Juan Jesús Aznárez

Wenceslao García conoció en 1979 el fallecimiento de su hijo Luis, recluta entonces en la Compañía de Comando del Colegio Militar. La defunción le fue comunicada por el general Reynaldo Benito Bignone, director de ese establecimiento castrense. "Tengo que decirle una cosa: su hijo está muerto. El único inconveniente es que no le puedo decir dónde está su tumba". Dieciséis años después, Wenceslao García sabe que el cuerpo de su hijo se pudrió en el océano. Lo confirmó el ex-sargento, Víctor Ibáñez, terrible otra vez en la evocación de unos espantos que conmocionan a la sociedad argentina. "Lo que no imaginábamos es este epílogo, tirar gente viva al mar" dice García. "No sé cómo van a hacer para remontar esto ante la historia".

El escritor Ernesto Sábato sostiene que no todos en las Fuerzas Armadas fueron cómplices de aquella atroz represión: "Yo tengo amigos en las Fuerzas Armadas y ellos han venido a casa a pedirme disculpas. No doy nombres porque no creo que sea necesario".Mucho antes de que Francisco Scilingo confesara públicamente haber empujado al océano Atlántico a prisioneros narcotizados en y desnudos desde las bodegas de aviones de la Marina, otros oficiales del arma más involucrada en la brutalidad de la última dictadura militar argentina visitaban las consultas de psiquiatras en busca de consuelo. Incapaces de sobrellevar el recuerdo de sus años de torturadores rotos emocionalmente, con problemas familiares, se confesaban en el dispensario. En su segunda confesión abierta, el ex suboficial habló por Radio Mitre con el padre del recluta Luis García.

Pregunta. Usted dijo a la madre del soldado Steimberg una cosa concreta, ahora me está diciendo que mi hijo y Steimber estuvieron siempre juntos. ¿El epílogo fue el mismo?

Repuesta. Lamentablemente, señor García, fue el mismo.

P. ¿Usted me puede afirmar que en el mismo vuelo estuvieron los dos?

R. Sí, señor García. Yo vi cuándo los despacharon al avión.

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P. Y los subían a algún camión y los trasladaban a... ¿sabe dónde?

P. Los despachaban hasta el aeropuerto de Plaza de Mayo. Yo quiero, señor García, si esto lo deja a usted más tranquilo...

P. No sé si me deja más tranquilo ( ... ) Creo entender que usted tiene un gran peso interior que cree que así va aliviándose ( ... ) A partir de ahora tengo que empezar a dibujar el final de los días de mi hijo...

En emisoras de radio, televisión o periódicos, se suceden las declaraciones de supervivientes, políticos, intelectuales, juristas o militares retirados sobre la violencia institucional contra la guerrilla y las circustancias históricas en que se produjo. Una encuesta reservada entregada al Ejecutivo indica, contrariamente al extendido criterio de que la mayoría desea olvidar el asunto, que el 45% de los argentinos aceptaría que los militares fueron juzgados de nuevo. Inevitablemente, el mensaje del jefe del Ejército ha reavivado, con un nuevo enfoque, la controversia desencadenada en este país cuando Scilingo se manifestó arrepentido.

El coraje de Balza

El escritor Ernesto Sábato, piensa que la admisión de responsabilidades efectuada por Balza es "un hecho histórico de enorme trascendencia que revaloriza todo lo que hicimos quienes luchamos contra la dictadura". "Tengo que decir que a mí la cara de este hombre [Balzal siempre me gustó. Ha tenido un gran coraje", agregó. Un día después de su aldabonazo, Balza precisaba: "El Ejército reclamaba esta actitud". Sábato aportó su amarga experiencia como presidente de la Comisión Nacional Sobre Personas Desaparecidas (Conadep), tiempo en que se redactaron 50.000 páginas de testimonios: "Recibíamos las amenazas más terribles, tremendas, amenazas... hasta que iban a torturar a nuestros nietos".

"No me atosiguen, no me atosiguen", exigía, molesta, la viuda de Perón, ex-presidenta María Estela Martínez, cuando la prensa requería sus comentarios sobre la autocrítica del general y los decretos firmados por su administración para facilitar la lucha contra la subversión guerrillera. Ofuscada por la insistencia de los periodistas, interrumpió una conferencia de prensa convocada para abundar sobre su entrevista con el presidente Carlos Menem, y el apoyo a la reelección del jefe de Estado en los comicios generales del 14 de mayo. "Como persona que ha regido los destinos del país, cuando una tiene algo que decir lo dice en su momento y si no, se calla la boca y se lo lleva a su turnba".

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