El IME insta a los Quince a aprovechar la recuperación para reducir sus déficit públicos
Los altos déficit públicos de la mayoría de los 15 Estados miembros son la principal preocupación del Instituto Monetario Europeo (IME). En el primer informe anual que presentó ayer el embrión del futuro banco central europeo, se aconseja aprovechar la recuperación para minimizar los costes sociales del ajuste presupuestario. El IME destaca los avances en la reducción de la inflación en 1993-94, pero aconseja a los bancos centrales que aumenten su vigilancia en el actual periodo de crecimiento económico.
El primer informe del IME, presentado ayer en Francfort, abunda en las recomendaciones lanzadas desde la propia Comisión Europea y otros organismos internacionales como el Fondo Monetario, Internacional y la OCIDE. Centrado en los años 1993 y 1994, el informe ignora la reciente crisis monetaria que ha forzado a un nuevo realineamiento en el Sistema Monetario Europeo y puesto en cuestión el proceso hacia la moneda común. Pero en una conferencia de prensa posterior, el presidente del IME, Alexander Lamfalussy, se refirió a las actuales turbulencias y afirmó que sólo se puede luchar contra ellas "aplicando políticas de estabilización".Para los representantes de algunos bancos centrales europeos, reunidos ayer en Francfort, dichas turbulencias ponen más en evidencia la necesidad de avanzar hacia la moneda única. Para el IME, el principal obstáculo para ello es la persistencia de unos altos déficit públicos. El Instituto insiste en que la prioridad es reducir este desequilibrio para, de un lado, tranquilizar el temor inflacionista de los inversores reflejado en los altos tipos de interés a largo plazo y, de otro, recortar su peso en la creciente deuda pública.
Minimizar costes sociales
El IME cree que hay que hacer un esfuerzo decidido de consolidación presupuestaria en un periodo en el que el crecimiento de las economías que permiten un aumento de los ingresos fiscales "tiende a enmascarar los problemas estructurales subyacentes".
A su juicio, "la recuperación ofrece una oportunidad para que se tomen las medidas necesarias de ajuste presupuestario, minimizando los costes sociales del mismo". El informe recuerda lo que pasó a finales de los años ochenta, cuando el crecimiento no fue aprovechado para reducir los déficit, que se dispararon con la llegada de la recesión. En 1993, el déficit público de la Unión Europea alcanzó una media del 6% del PIB, su nivel máximo histórico.
La consolidación presupuestaria, se aconseja en el informe, no debe hacerse mediante el aumento de los impuestos, que perjudica a la actividad del sector privado, sino a través de la reducción de los gastos públicos. El Instituto Monetario Europeo advierte que el mantenimiento de los desequilibrios presupuestarios en los niveles actuales "comporta graves riesgos para la estabilidad de los precios y el crecimiento a largo plazo".
En el informe se destacan los "notables avances" efectuados en la convergencia (le precios en los dos últimos años. A este respecto, Lamfalussy afirmó ayer que en España, gracias a la reforma laboral, "el moderado crecimiento de los costes salariales ha permitido compensar los efectos de la devaluación en la inflación". El informe aconseja al Banco de España a que siga con su política (le subidas de tipos de interés para anticiparse a futuras presiones sobre los precios.
Al referirse a la moneda única europea, el informe señala entre las dificultades del proceso las diferentes interpretaciones que se mantienen sobre los criterios de Maastricht (precios, déficit, deuda públicos y tipos de interés). Por ejemplo hay ocho maneras de interpretar el criterio de estabilidad de precios, según señalaron fuentes que atienden regularmente las reuniones del IME. Un debate similar se da con los requisitos de déficit y deuda público .
Para complicar aún más las cosas, Alemania viene insistiendo en la idea de "convergencia duradera", recogida claramente en el informe del IME, lo que significa que no basta con cumplir los requisitos el día que haya que pasar el examen, sino que debe haber una "sostenibilidad" en el cumplimiento de los mismos.
Estricto cumplimiento
No hay una voz discordante entre los gobernadores de los bancos centrales a la hora de interpretar los criterios" dijo ayer Alexander Lamfalussy, "las diferencias las tienen los gobiernos". Y añadió que "la única manera de garantizar el buen funcionamiento de la Unión Monetaria es el estricto cumplimiento de los criterios de Maastricht". En la actualidad, España no cumple ninguno de ellos y sólo Luxemburgo cumple todos.
En cualquier caso, Larnfalussy no cree que, tal y como avanzan los Estados miembros hacia la convergencia, se alcalce la moneda común antes de 1999. A partir de esta fecha, además, se necesita un año para poner en marcha el Banco Central Europeo y otros 1 tres años, señaló, para poner en circulación la moneda común que, admitió, puede no ser el ecu, vista la resistencia alemana a esta denominación. "No será antes del 2003 ó 2004 cuando veamos los billetes en circulación y la Unión Monetaria funcione plenamente", concluyó.
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