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CONFLICTO PESQUERO

Los pescadores españoles dejaron, ayer de pescar por temor a los ataques canadienses

La flota española que pesca fletán negro en aguas de NAFO interrumpió ayer su actividad, intimidada por las hostilidades de las patrulleras y el remolcador canadiense que intensificaron el acoso a la flota el domingo último. En Vigo, los armadores permanecieron reunidos prácticamente durante todo el día analizando la situación y en espera de que por vías diplomáticas se operase un giro drástico en la misma. A su juicio, la acutuación canadiense representa "una auténtica humillación", a la que el Gobierno ha respondido con el anuncio de que serán enviadas más unidades de la Armada

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En la madrugada de ayer, el remolcador canadiense, con la protección de sus patrulleras, cortó los aparejos del congelador gallego Pescamaro I mediante un brazo articulado mecánicamente, en una operación que fuentes del sector consideraron en sí misma muy peligrosa para los tripulantes del pesquero, particularmente para los cinco hombres que en esos momentos se hallaban en cubierta. "Se salvaron porque se tiraron al suelo a tiempo", denunció el patrón del buque, Baldomero Otero, en una comunicación por radio con la Televisión de Galicia.Los cables del aparejo tienen unos 1.200 metros de largo y soportan una tensión de más de 12.000 kilos, según explicó a este diario el capitán de otro congelador que faena en la zona. "Si alguien los corta repentinamente, el barco sufre un latigazo muy violento. Cualquier hombre que esté en cubierta puede matarse o quedar inútil de por vida" añade.

La operación contra el Pescamaro I se produjo en la oscuridad de la noche, con niebla, cuando los congeladores Verdel y Mayi IV habían frustrado los intentos canadienses para, su abordaje. Tales hostilidades pusieron a la flota en una situación límite, ya que ninguno de los 17 congeladores quiere arriesgarse a perderlas redes, pues significaría el final de la marea cuando aún no han alcanzado el nivel de capturas mínimo que permite redondear el sueldo de los marineros. No obstante, estos incidentes últimos y las muchas jornadas ya perdidas a causa del hostigamiento canadiense han elevado hasta extremos casi insoportables la tensión entre los marineros, según diversos testimonios recogidos. ayer por vía telefónica. Algunos ya sólo piensan en regresar cuanto antes a España, aún a costa de perder cinco meses de trabajo en alta mar.

La flota decidió ayer mantenerse stand by, sin faenar, a la espera de las decisiones que pudieran adoptarse en tierra. Los 17 barcos se encontraban agrupados en tomo a la patrullera española Vigía en la zona denominadá Tres L, a unas 205 millas de las costas canadienses. Las unidades de la Marina de este país, seis según las últimas noticias, se mantenían a unas seis millas de los barcos españoles. .

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