Apoyo al esfuerzo de España e Italia en su lucha contra el déficit público

El Ecofin "se felicita" de los esfuerzos de España e Italia en su lucha contra el déficit público, dijo en su declaración final el presidente de turno, Edmond Alphandéry. El nuevo Gobierno italiano, que acaba de pasar por el Parlamento su nueva ley presupuestaria en medio de una fuerte tempestad política, esperaba una declaración más solemne -como ayuda indirecta a la lira italiana-, pero no consta que el ministro español, Pedro Solbes, pidiese explícitamente algo similar.El ministro francés aprovechó la ocasión para hacer campaña por la aceleración del paso a la moneda única, en la primera fecha prevista, 1997, pero no concitó demasiados apoyos. En lo que si cerró filas el Ecofin fue en la defensa cerrada del SME, tesis que se ha convertido en dogma oficial. "EL SME funciona razonablemente bien", dijo Solbes. Lo demostraría la situación del Mercado ayer mismo: "En cuanto el dólar ha pasado de una. cotización de 1,38 marcos a otra de 1,40, hemos vuelto a una situación más normal". Pero el propio ministro español no quiso augurar si esa normalidad era "solamente coyuntural o más permanente".

Solbes apoyó las conclusiones de Alphandéry, asegurando que no era ayer "ni el día ni el foro adecuado" para tomar otras decisiones, y reiteró su oposición a imponer, a nivel nacional, regulaciones sobre los mercados de capitales: "La liberalización de los movimientos de' capitales no tiene marcha atrás", insistió.

El ministro portugués, Eduardo Catroga, negó ante la prensa que hubiera una verdadera relación entre la divisa de su país y la peseta. La vinculación de ambas economías provoca que el escudo se vea arrastrado por la moneda española, como sucedió con la última devaluación. "A mí también me parecería deseable separar la peseta del marco, pero ¿cómo hacerlo?", comentó Solbes. "Al final es el mercado el que vincula unas monedas con otras".

El Ecofin abordó también otros asuntos. Entre ellos, el informe sobre la política de empleo. El ministro español se opuso a que el nivel de paro se incluya en las orientaciónes generales de política económica, por temor a que sea una vía para ampliar los criterios de convergencia para la moneda única. El asunto quedó pendiente para la próxima reunión.