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La Unión Europea lanza su plan de acción para el libre comercio y la cooperación euromediterránea

Xavier Vidal-Folch

ENVIADO ESPECIALLos Quince dieron ayer un paso muy importante para completar su estrategia de estrechamiento de relaciones entre la Unión Europea (UE) y los demás países mediterráneos. Los ministros de Exteriores dieron por bueno el documento preparado por la Comisión y por la presidencia francesa, que propugna un catálogo de medidas para conseguir en el año 2010 una zona de libre comercio y de cooperación política, económica y social. La Conferencia Euro-Mediterránea de Barcelona tendrá mecanismos permanentes de segunimiento.

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Un catálogo de medidas concretas

El texto, titulado Plan de acción para la asociación euro-mediterránea- 1995-2010, al que ha tenido acceso EL PAÍS, completa el primer documento Marín del pasado octubre. Ratifica la perspectiva de una zona de libre comercio, total en lo industrial y progresiva en lo agrícola para el ano 2010. Y ofrece un catálogo de medidas de cooperación económica y social (redes universitarias y de formación profesional para la lucha contra la fuga de cerebros como mecanismos para mitigar la emigración, entre otras) bastante concreto.Esta lista de propuestas constituirá el temario de la Conferencia Euro-Mediterránea (CEM), prevista para los días 27 y 28 de noviembre en Barcelona, y será aprobada formalmente por los ministros de Exteriores de la UE el próximo 10 de abril. "No habrá ningún problema", aseguró Alain Juppé, ministro francés de Exteriores, puesto que en la reunión informal de ayer nadie se mostró en contra. Después, la troika comunitaria visitará todos los países ribereños participantes en la CEM, los 11 con los que Bruselas mantiene relaciones bilaterales, para recoger sus propuestas y enriquecer el plan de acción, que será definitivamente aprobado en la cumbre de Cannes de junio. Algunos países, como Rusia, han pedido asistir como observadores, lo que seguramente se les concederá "siempre que eso no suponga difuminar el objetivo de la conferencia, que es profundizar en las relaciones entre la UE y los países ribereños", manifestó el ministro español Javier Solana.

Un aspecto esencial de este plan de acción es su seguimiento para evitar que la conferencia se limite a alumbrar fuegos de artificio durante dos días. Así, el do cumento propone su continuación permanente "bajo la forma de reuniones de ministros, de altos funcionarios y de expertos, de intercambios de experiencias e informaciones, de contactos entre los participantes de la sociedad civil y por todos los otros medios que se consideren apropiados". Las reuniones podrán basarse "sobre las existentes estructuras de cooperación". Y los ministros de Asuntos Exteriores mediterráneos y europeos acordarán "reunirse una vez al año".

"Empieza a hacer mella la idea española de que la conferencia no sea un acontecimiento que se agote en sí mismo, sino que, al contrario, signifique la apertura de un proceso de seguimiento dotado de un mecanismo permanente, quizá un secretariado", manifestó, satisfecho, Solana. "Hemos hecho diana", completó el presidente de la Comisión, Jacques Santer.

Por primera vez desde que la mirada al Sur empezó a convertirse, el año pasado, en una de las prioridades geoestratégicas de la UE, no afloró en la reunión ninguno de los recelos que suelen exhibir algunos países del norte Holanda y Reino Unido. Y ello pese a que el plan recoge la cifra de 5.500 millones de ecus (cerca de 900.000 millones de pesetas) que le debe costar a la UE la cooperación económica con sus vecinos del Sur en los próximos cinco años. Más aún, el plan propone añadir a esos 5.500 millones de desembolso directo otros 5.500 millones en préstamos del Banco Europeo de Inversiones, lo que acerca la inversión total a los dos billones de pesetas.

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Una nueva dificultad

Pero eso no significa que el camino esté completamente allanado. Ahora puede surgir una nueva dificultad por el rebote de un asunto que tampoco ayer concitó acuerdo: la ampliación del octavo fondo europeo de desarrollo (FED), destinado a los países ACP (Asia, Caribe y Pacífico). Francia presiona para ampliar la cooperación con estos países, mientras que Alemania se muestra reticente a nuevos desembolsos, y los países nórdicos, cuya cuota debe fijarse ahora, no se muestran demasiado dadivosos. De los 13.000 millones de ecus (dos billones de pesetas) propuestos falta endosar 1.200 millones (200.000 millones de pesetas). Como presidente en ejercicio, Alain Juppé advirtió ayer que si no hay acuerdo para el Consejo formal del próximo abril, llevará el asunto en junio a la cumbre de jefes de Estado y de Gobierno de Cannes, con lo que los líderes deberían afrontar un triple paquete financiero (Este, Mediterráneo, FED) de difícil digestión simultánea.

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