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Calvo Sotelo cree que la transición primó la estabilidad, en perjuicio de la alternancia

El ex presidente del Gobierno con la Unión de Centro Democrático (UCD) Leopoldo Calvo Sotelo admitió ayer que en la transición de la dictadura al régimen democrático se primaron los mecanismos de estabilidad del Gobierno, en perjuicio de los que deben garantizar la alternancia en el poder.El ex presidente intervino junto al presidente del Partido Popular, José María Aznar, en el acto de presentación del volumen Nación y Estado en la España liberal, que recoge estudios de una decena de historiadores sobre el siglo XIX español, coordinados por Guillermo Gortázar.

Calvo Sotelo admitió que quizá ha llegado la hora de una cierta autocrítica sobre el papel de la UCD, aunque reclamó para el partido centrista -evocando sus propias palabras en una intervención parlamentaria- el papel de "hacer la historia", mientras al PSOE, entonces en la oposición, le tocó "administrarla bien".

"Tuviinos", dijo, desarrollando la propuesta de autocrítica, "una preocupación excesiva por la estabilidad y descuidamos los mecanismos de transición".

El ex presidente no renunció a aproximarse más a la actualidad política. Cree que hay quienes hoy en España "presentan la alternancia como algo peligroso, de lo que habría que defenderse". No otra interpretación tienen para Calvo Sotelo "ciertas apelaciones a la gobernabil.idad", cuando "hoy nos sobra gobernabilidad y nos falta gobernación".

Apelando con ironía a su propia experiencia, Calvo Sotelo recordó que a él le tocó protagonizar la primera alternancia y ceder el Gobierno al PSOE, tras la victoria electoral socialista de 1982. "Debí hacerlo muy mal", señaló, "porque no ha servido de ejemplo".

El ex presidente del Gobierno, en cambio, se mostró crítico hacia los valores del neoliberalismo a ultranza y, parafraseando a Eduardo Dato, se confesó "no socialista, pero sí intervencionista". Para Calvo Sotelo, no deja de resultar paradójico que los excesos de la moda neoliberal "se hayan asentado en España con un Gobierno socialista", aunque la confianza excesiva en el Estado no sea reflejo más que de la desconfianza en la sociedad.

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El ex presidente del Ejecutivo se describió a s mismo como un político, "aunque sin casa política propia". Leopoldo Calvo Sotelo, dedicado a la empresa privada, ha realizado desde las elecciones generales de 1993 gestos de acercamiento al Partido Popular, aunque no milita en sus filas.

"Tradición liberal"

Por su parte, el presidente del PP dijo en su intervención que se considera "heredero de la tradición liberal y constitucional española". Aznar señaló que comparte el criterio de las corrientes históricas más modernas en su crítica, cada vez más enérgica, al golpe de Estado del general Miguel Primo de Rivera, porque al acabar con el régimen de turnos entre partidos frustró la posibilidad de una salida democrática, "que no era imposible y que era, en todo caso, deseable".

Para el presidente del PP, es el pasado lo que permite a España 11 ocupar un lugar destacado entre las grandes naciones europeas". Ese legado no puede ser malgastado, subrayó Aznar, "y menos aún infravalorado por la omisión, el olvido o, lo que es peor, por el desconocimiento".

Nación y Estado en la España liberal recoge las intervenciones en un ciclo de conferencias organizado por la Fundación José Ortega y Gasset, presidida por Calvo Sotelo, y la Fundación para el Análisis y los Estudios Sociales (FAES), que preside Aznar. El editor del volumen, Guillermo Gortázar, es historiador y responsable de formación del Partido Popular.

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