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Crítica:TEATRO'CENICIENTA'
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

Crueldad y humo

Toda la crueldad, toda la rapacidad del cuento infantil, superada en esta ópera tenebrosa. Gótica, dicen ellos, porque hay un terror decimonónico exagerado hasta la comicidad, el humor, y una ligera poesía. Decían los góticos de ese siglo (Whalpole, Lewis: su Monje es una novela estimulante y viva) que reaccionaban contra el buen sentido y la razón. Lindsay Kemp reacciona directamente contra La Cenicienta de Walt Disney: la manda al cuerno. El príncipe azul es un abobado maricón, la Cenicienta es adúltera, se matan unos a otros con una facilidad sublime; hay un fondo racial de blancos y negros -la cena es la niña que salió blanquísima y rubísima en una familia de negros-, la monarquía caquéctica es derribada por una revolución vestida de mexicana: de Pancho Villa o de Zapata o de Chiapas- y Cenicienta termina condenada a empujar la silla del rey inválido y estúpido. La mezcla caribeña, anglovictoriana, mexicana, colorea una música de una modernidad teatral excelente, bien cantada en fragmentos -aunque diste de ser una ópera formal, ni siquiera bufa-; y el juego fantástico de Lindsay Kemp domina esta genial broma distraída y hasta reflexiva por lo que tiene de revolucionaria y de desmoronamiento de lo cursi.La interpretación es perfecta dentro del género (el género inventado por Lindsay Kemp, aunque aqui la broma gótica tenga un maestro como Francisco Nieva, aunque basado sobre todo en la palabra), y, junto al manierismo de Lindsay Kemp, que no desaprovecha un gesto, un movimiento o un paso que no sea de su propia creación, está Nuria Moreno, de la cual doy como dato que sigue la dinastía de su madre, la valiosílima Nuria Espert; pero sólo como dato, por que ella misma es una individualidad poderosa y, al mismo tiempo, una criatura de Lidsay Kemp.

Cenicienta

Cenicienta, ópera gótica de Lindsay Kemp, con música y textos de Carlos Miranda. Intérpretes: Lindsay Kemp, Annette Meriweather, Christian Michaelsen, Sally Owen, Nuria Moreno, Lola Peno, Alejandro Naranjo, Kinny Gardner, Marco Berriel, François Testory, Tom Ward, Michael Rolnick. Dirección: Lindsay Kemp. Teatro Nuevo Apolo, 15 de marzo de 1995.

Las ovaciones y los gritos de entusiasmo se prorrogaron durante largo rato al final del espectáculo. Lindsay Kemp ha producido siempre este efecto en Madrid: se pueden hacer cálculos sobre si su deslumbrante Flowers tuvo más vigor y era más deslumbrante que este espectáculo, y también sobre si éste es mejor que los últimos que ha traído a Madrid: serán apreciaciones circunstanciales y personales. En todo caso aquí hay algunos descubrimientos, algunos gags puramente teatrales; y una partitura excelente, de Carlos Miranda, que alcanza grandes momentos en, por ejemplo, los entrecortados y funestos valses de la corte.

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