_
_
_
_
_

50 años críticos para la supervivencia de las especies

La humanidad se enfrenta en los próximos 50 años a un cuello de botella de superpoblación y destrucción ambiental que debe intentar atravesar con el menor daño posible para, la supervivencia de los organismos vivos. "Vamos a perder mucha riqueza biológica, pero el conocimiento nos debe permitir retrasar o incluso parar este proceso de destrucción", afirmó Edward O. Wilson, el prestigioso profesor de Harvard considerado padre del concepto de biodiversidad, ante centenares de asistentes a la reunión anual de la Asociación Americana para el Avance de la Ciencia (AAAS). El tratado sobre biodiversidad fue el segundo gran compromiso de la Cumbre de la Tierra en Río.Para este galardonado científico, en su tiempo máximo especialista en hormigas y reciente autor de la autobiografía El naturalista, la biodiversidad es la totalidad de cualquier variación genética en todos los niveles de la organización biológica, desde los genes de cada especie a la especie. en sí y hacia arriba en la escala hasta el ecosistema. Existen entre 1,5 millones y 1,7 millones de especies descritas para la ciencia, pero se supone que el número total de las existentes, señaló Wilson, está entre 10 millones y, 100 millones, siendo las más numerosas las de insectos y otros artrópodos, con excepción de las bacterias. De este número total se extinguen anualmente en la actualidad, según las estimaciones más conservadoras, 27.000.

Más información
Los retrasos en la reducción de CO2, primer fracaso del Convenio sobre Cambio Climático

Las bacterias son para Wilson el agujero negro de los estudios de biodiversidad. Entre 4.000 y 5.000 distintas han sido detectadas en un, solo gramo de sedimentos marinos, lo mismo que en igual cantidad de tierra en los bosques continentales, y sólo 1.400 especies son conocidas bien por los microbiólogos.

Al preguntarse por qué la humanidad debe preocuparse por la extinción de especies, cuando la extinción es un proceso natural y el hombre su agente natural, Wilson recordó el precepto de que nunca se debe destruir lo que no se puede crear y que el hombre ha acelerado temerariamente el proceso natural de extinción. Al ser las especies fruto de un largo proceso de mutaciones genéticas y selección natural, no se pueden rehacer una vez extinguidas, y su utilidad queda perdida para siempre.

Ejemplos como la ciclosporina, utilizada en trasplantes y procedente de un hongo noruego, los alcaloides para el tratamiento de algunos cánceres procedentes de una planta de Madagascar, sin olvidar los antibióticos, son suficientes, según Wilson, para aducir razones de utilidad en la conservación ole la biodiversidad.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_