El recorte presupuestario superará los 150.000 millones de pesetas decididos por el Gobierno
"Espero que este fin de semana ayude para terminar la tormenta financiera que se ha desatado sobre bastantes monedas", afirmaba el ministro de Economía, Pedro Solbes, el pasado viernes por la tarde. Un deseo que, sin ninguna clase de duda, comparten varios de sus colegas europeos que han visto cómo la semana pasada se reproducían fantasmas que parecían haberse alejado desde la crisis del Sistema Monetario Europeo de 1993. Pero que no está claro, dada la fuerza que tienen los mercados. El Gobierno ha anunciado que reducirá el gasto en 150.000 millones de pesetas, casi el 0,8% de su presupuesto, para tratar de infundir confianza, pero la real¡dad superará esta cifra.
El ministro de Economía parece que ha reaccionado ante las presiones de los mercados sobre la peseta y ha aprovechado para dar una vuelta de tuerca en los presupuestos que no pudo dar a lo largo de su tramitación parlamentaria. No obstante, la explicación facilitada sobre la necesidad de proceder a ese ajuste no acabó de satisfacer a los analistas.Efectivamente, Solbes dijo, tras el Consejo de Ministros, que el ahorro en el gasto de 150.000 millones de pesetas tenía tomo objetivo compensar los mayores costes de financiación de la deuda pública por la subida de los tipos de interés. Ello fue interpretado como si Economía se rindiera ante la posible evidencia de que los tipos de interés fueran a seguir tan altos todo el año.
Lo que ocurre en realidad, se señala en algunos medios de la Administración, es que el ajuste en el gasto en 150.000 millones de pesetas corresponde no sólo a la desviación sobre el capítulo 3, el del pago de la deuda pública, sino "a otras desviaciones, ya sabidas, pero que no se pueden reconocer cuando apenas ha transcurrido medio mes desde que entraron en vigor los presupuestos actuales".
Estas desviaciones corresponden a cantidades comprometidas en 1994 pero no gastadas efectivamente en ese ejercicio y que deberán abonarse en 1995, y a ampliaciones de créditos que, como en el caso de la financiación a la sanidad de las comunidades autónomas que tiene competencia sobre este capítulo, se conocía desde hace un cierto tiempo.
Compensar gastos
Y la decisión del Consejo de Ministros de que todo este dinero que se debe gastar se compense con ahorro en otros gastos es lo que va a hacer que el recorte presupuestario sea superior, ya que las desviaciones conocidas hasta ahora superan con creces los 150.000 millones de pesetas que el Consejo de Ministros ha aceptado reducir.
Los mayores intereses de la deuda pública, como consecuencia de las dificultades encontradas en los mercados para financiar el déficit público, no son, en la actualidad, ni de lejos los 150.000 millones de pesetas apuntados. Es cierto que en la última parte de 1994, y como una anticipación de lo que podía ocurrir, empezó la presión alcista de los tipos de la deuda pública.
Y esta presión no estaba recogida en su totalidad en el proyecto de presupuestos presentado. Entre otras cosas porque la presión se inició a mediados de noviembre y, sobre todo, continuó en noviembre y diciembre. El Tesoro tuvo que recurrir a emitir deuda a corto plazo -tres y seis meses- cuyos vencimientos entran dentro de 1995 y, por lo tanto, hay que hacer frente al pago de esos intereses en este ejercicio. La desviación por lo emitido hasta el 1 de enero de 1995 asciende a 16.000 millones de pesetas, según fuentes de Economía.
A esta cantidad hay que sumar el sobrecoste que lleva implícito el uso, en mayor medida de lo que se tenía previsto, de las líneas de crédito multidivisa que tiene ya acordadas el Tesoro. "El problema sería", señalan fuentes del Banco de España, "si el Tesoro tuviera que mantener durante un periodo prolongado de tiempo su financiación a corto plazo". "Por eso es muy importante la subasta de esta semana, que es de letras a seis meses", concluyen. Porque los 220.000 millones de pesetas que el Tesoro obtuvo la semana pasada en letras a un año, con una fuerte subida de los tipos, y los que pueda obtener en las próximas subastas, no influyen en los costes de la deuda en 1995 ya que los primeros pagos se harán el año próximo.
El análisis que se haga de las medidas adoptadas por el Gobierno, además de sobre la propia estabilidad del mismo, será lo que determine la posición de los mercados. La reacción empezará a verse el lunes, si se atemperan o no las presiones sobre la divisa y sobre la deuda, y a lo largo de toda esta semana, que parece clave para el conjunto de los países castigados por la actual tormenta monetaria.
Mañana los mercados. tendrán la última palabra a la hora de juzgar si dan por zanjada la crisis, como espera el ministro Pedro Solbes. Análisis de diversos bancos de inversión internacionales expresan sus dudas sobre la capacidad del Gobierno de Felipe González de hacerse con el control de. la situación y devolver la confianza al mercado. El departamento de análisis de Union de Banques Suisses (UBS), gestor de fondos internacionales, opina en su último informe sobre España que "lo ideal" para acabar con la inestabilidad financiera "es que gobierne el Partido Popular", según recoge el periódico Cinco Días.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.