_
_
_
_
Tribuna:Las nuevas técnicas marcarán el arte en el futuro
Tribuna
Artículos estrictamente de opinión que responden al estilo propio del autor. Estos textos de opinión han de basarse en datos verificados y ser respetuosos con las personas aunque se critiquen sus actos. Todas las tribunas de opinión de personas ajenas a la Redacción de EL PAÍS llevarán, tras la última línea, un pie de autor —por conocido que éste sea— donde se indique el cargo, título, militancia política (en su caso) u ocupación principal, o la que esté o estuvo relacionada con el tema abordado

Razonable y quejumbroso

Época de resaca y purga, en la que el entumecimiento impele a arrepentirse de los pasados excesos, el arte de los noventa se ha vuelto razonable y quejumbroso. Por do quier, suben al púlpito frailunos orates para sembrar dudas y advertencias ante un público compungido, y requerir seriedad, reflexión y compromiso al propio artista que, obediente, está dispuesto a asumir cualquiera de los papeles o tareas ahora asignados psicólogo, antropólogo, filósofo, sociólogo, asistente social, bricoleur; todos, en efecto, menos los suyos propios, ésos maravillosamente descritos por Schiller, en los albores de nuestra época contemporánea, como los de "dar la libertad por medio de la libertad", que es precisamente lo impensable y lo proscrito, por inútil, en nuestra domesticada sociedad de atareados y responsables ciudadanos.Puesto a sacarle punta al calendario, según demandan los circunstanciales cánones de trocear la década. en su primera, mitad por ver si así espontáneamente alumbra alguna luz orientadora, dentro de mi oscuridad he de confesar que este lustro me produce, cosas de la edad, una cierta sensación de dejá vu. Me recuerda exactamente la primera mitad de los setenta, cuando, tras la quimérica orgía de desenfreno físico y libertinaje ideológico de artística ilusión de los sesenta, todo se convirtió en un recetario de miércoles de ceniza, donde el artista no sólo debía de avergonzarse de tener manos, sino hasta, en efecto, de ser un sujeto creador y, por tanto y en tanto, único e irrepetible.

Más información
Nuevos centros revisiones y polémicas

Es cierto que la única orgía que hemos vivido en la pasada década ha tenido que ver más con el comercio y la especulación a costa del arte que con la pasión vital donde éste nace y se consume, pero la costura por la combaten nunca las aleccionadoras consignas de asustados fariseos, sino genuinos artistas con el arrojo suficiente para ser ingenuos o, cuanto menos, para recuperar ésa su genuina ingenuidad que modernamente les ha hecho y les permite ser escandalosamente libres.

Dichas las cosas en roman paladino: quebrado el mercado, una vez más y como siempre, para mejor renacer, el artista no puede convertirse en el circunstancial portavoz humanitario de los ideales de la clase media occidental, aunque reciba por ello una propina, como han denunciado recientemente algunas -voces críticas independientes -Steiner o Hughes-, sino, precisamente, apuntar directamente hacia lo socialmente indesvelado, algo que no se lo puede soplar al oído ningún filósofo de campana y, aun menos, Hillary Clinton. Frente a la estereotipada cultura de la queja, el artista de hoy, como el de ayer, si quiere serlo, debe afrontar y enfrentarse con, su propia soledad.

Babelia

Las novedades literarias analizadas por los mejores críticos en nuestro boletín semanal
Recíbelo

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_