Cardoso asume la presidencia de Brasil con un compromiso contra la pobreza

El socialdemócrata Fernando Henrique Cardoso prometió ayer al asumir la presidencia de Brasil volcarse "por entero al enorme desafío de diluir las desigualdades hasta acabar con ellas" y "barrer el hambre y la miseria del mapa del país latinoamericano. El nuevo mandatario, de 63 años, ratificó que la primera prioridad de su Gobierno será "atender las necesidades de los brasileños subyugados por el hambre, la ignorancia y la miseria" y destacó la necesidad de "librarse de los viejos dilemas ideológicos".En el discurso, que pronunció en la sede del Congreso, en Brasilia, con la presencia de 10 jefes de Estado extranjeros, Cardoso subrayó su decisión de profundizar en la apertura de la economía hacia el exterior, "dejando atrás actitudes xenófobas, pero sin renunciar a nuestra soberanía".

La primera decisión del nuevo Gobierno apuntó en el sentido de reducir el tamaño de la máquina del Estado. Minutos después de asumir la presidencia, Cardoso firmó un decreto de reforma administrativa que prevé la extinción de dos ministerios de diversos entes estatales.

Con el nuevo Gobierno, llegan al poder por primera vez muchos de los perseguidos por la dictadura militar que gobernó Brasil entre 1964 y 1985. El propio mandatario, un sociólogo de renombre internacional, fue perseguido por el régimen militar y, expulsado de su cátedra en la Universidad de Sao Paulo, tuvo que exiliarse en Chile.

Cardoso coge el timón en medio de un clima de optimismo, suscitado por el éxito del programa económico que él mismo implantó en 1994, cuando era ministro de Hacienda, y con el cual logró derribar una inflación de, cerca del 50% al mes.