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Del 'pelotazo' al 'talegazo'

Gentes de la cultura española aplauden el comienzo del final de una era marcada por el culto al dinero y lamentan que se haya producido bajo un Gobierno socialista

Sus puntos de vista son distintos. Pero sólo en la forma. En lo fundamental todos están de acuerdo. Unos se sienten sorprendidos, otros lo veían venir, algunos se muestran preocupados y los menos se sienten aburridos. Todos critican con indignación la cultura del pelotazo y su consecuencia final: la falta de credibilidad del Gobierno que preside Felipe González. Músicos, escritores, directores de cine, pintores y representantes de todas las áreas de la cultura opinan sobre la situación que ha llevado a la cárcel a banqueros, policías, empresarios y financieros. Nadie les reprocha que buscaran el éxito, pero sí que hubiera una política socialista que favoreció ese enriquecimiento fácil, ilícito e incluso delictivo. Aquí recogemos algunas de sus impresiones.Guillermo Pérez Villalta (pintor):

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Todos a la carcel

"La sensación única que ha despertado todo esto es que se ha destapado la olla, aunque todos siempre supimos que había mogollón. Si desconfiábamos hasta ahora de los políticos, en este momento ya no hay nada que nos haga tener confianza. Por otro lado, la cuestión de la jet es un síntoma del fin de la era yuppy. Nos ha llevado a un estado de falta de ideales. Antes existía el ideal del triunfo social y económico simbolizado en estos personajes y ahora no hay ninguno. Esto es lo único positivo: nos lleva a pensar que a lo mejor la verdad está en otro lado".

Soledad Puértolas (escritora):

"Creo que es la otra cara de la moneda. No sé cómo acabará todo esto, en principio todo parece muy espectacular. Sin embargo, desconfío del resultado final; deben haber trazado una red de lo más complicada como para regar hasta el final, especialmente en el caso de los banqueros. Siempre me han causado bastante perplejidad las personas que de la noche a la mañana consiguen cantidades enormes de dinero".

Eduardo Arroyo (pintor):

"La situación es ciertamente catastrófica. Aunque no nos demos cuenta, la situación cultural también se resiente con todo esto porque el Gobierno tiene que invertir toda su energía en defendirse por todos los frentes. En cierta forma es una situación rara y original que el Gobierno esté pendiente todos los días de los periódicos en lugar de dedicarse a gobernar. Lo que también hay que decir es que no tenemos por que rasgarnos las vestiduras, y que la oposición, el PP, no debe apresurarse. Todavía no han ganado las elecciones".

Luis Eduardo Aute (cantautor):

"Todo esto me ha dejado primero sorprendido, luego inquieto, después perplejo y finalmente muy aburrido. Me parece una gran farsa y no vale la pena perder el tiempo en ello. Hay cosas más importantes que hacer".

Albert Boadella (dramaturgo):

"Cuando estaba inquieto es cuando no aparecía nadie, cuando se practicaba el pelotazo tranquilamente y los roldanes y los condes estaban magnificados. Muchos nos olíamos entonces lo que ocurría. Ahora que todo ha salido a la luz pública me siento muy relajado. Siempre he sospechado que las tripas de un Estado democrático funcionaban así. Ni me ha sorprendido el uso que han dado a los fondos reservados ni que el Ministerio del Interior funcionara como un reducto incombustible del franquismo. Estoy encantado con lo que está saliendo a la opinión pública y lo que nunca entenderé son los mercados financieros: cuando aparecen estos casos se caen las bolsas y cuando estaba en pleno apogeo el pelotazo subían. La estupidez es el factor que distingue a la economía actual?".

Luis Gordillo (pintor):

"Desde hace tiempo he visto que la situación iba creciendo en intensidad. No pretendo hacer una valoración moral, pero sí de una percepción de ruido. La situación es crítica. Llevaría tiempo averiguar qué parte lleva en ésto el Gobierno, el PP, los jueces o los medios de comunicación. Los medios de comunicacíón, sobre todo han tenido un papel curioso: han expuesto verdades objetivas y son los que han proporcionado un ruido adicional. No se puede negar que personas cercanas al Gobierno han cometido errores de bulto a los que habría que poner fin. Se está terminando un periodo. Hay un deseo de desalojo del poder en el que hay elementos racionales e irracionales. El Gobierno no va a aguantar hasta las próximas elecciones"

José Agustín Goytisolo (escritor):

"Aún no hemos llegado a las cumbres maravillosas de los Alpes italianos, pero, vaya, ya está bien. Creo que el asunto no ha terminado: va a haber más casos, también aquí, en Cataluña, y no en un partido sólo. En mi opinión, Conde estaba convencido de ser Berlusconi, no es más que un Berlusconi que se perdió por el camino. En el mundo no mandan los que están arriba, sino los que tienen el dinero; Clinton, por ejemplo, se baja los pantalones ante los líderes de las multinacionales. Resulta absurdo querer tener también el poder visible cuando ya tienes el de verdad, el económico; supongo que es una cuestión de vanidad: para poder lucirlo".

Fernando Sánchez Dragó (escritor):

"Es la crisis más grave de la historia de este país. No hay más salida que la convocatoria de elecciones anticipadas. Los partidos de oposición deberían unir sus esfuerzos en nombre de la democracia. El Parlamento es legal, pero no legítimo. La situación actual se puede calificar como un verdadero golpe de Estado parlamentario. La gente, como sucedió en el 23-F, debería salir a la calle en manifestación y exigir que se vayan".

Juan José Millás (escritor):

"Hay formas de gobernar y de asociarse que llevan a lo que está sucediendo. Así que no se podía esperar un resultado angélico, sino el infierno que estamos viendo. Una cosa qué el PSOE ha hecho bien, es conectar con el lado más vil del electorado. Han contado con su complicidad social. El electorado pidió una política de derechas con un lenguaje de izquierdas. Después de 40 años de franquismo, de fascismo, muchos llevaban dentro todavía esos principios que había que despertar sin que tuvieran mala conciencia por ello. El desencuentro entre ese discurso y la realidad no hay manera de ocultarlo. Esto empezó hace muchos años, desde que le permitimos a Felipe mentir por primera vez y lo aceptamos".

Javier Mariscal (diseñador):

"El, primer síntoma que me hizo sentir triste se produjo con ocasión, del segundo Consejo de Ministros del primer Gobierno socialista; en el primero les veías que estaban alucinados con los bolígrafos de plata y los sillones de cuero, pero en el segundo ya se les notaba que sujetaban elbolígrafo de plata como si se lo fueran a quitar. ¡Que desilusión!, yo nunca pensé que el sistema se los iba a comer de esta manera.Siem prei soñé con un Gobierno socialista que jubilara antiguos policías y creara una nueva academia de policía: en la que se, enseñaría la Constitución y el nuevo modelo de agentes. No pasó. La putada quemos hemos encontrado ahora es que los casos de De la Rosa o Mario Conde no son un hecho aislado, son los más listillos. Me parece bien que haya una justiciá que demuestre que se han producido irregularidades y que tenga su castigo, pero, a mí personalmente, lo que me ha entristecido más es lo del señor que firma los billetes, sobre todo de cara a los que lo nombraron. Es una pena porque tuvieron la gran ocasión de cambiar la mentalidad y la educación de todos".

Antonio López (pintor):

"No hay grandes novedades. Lo que resulta tremendamente decepcionante es que ocurre bajo un Gobierno en el que se había puesto mucha ilusión. Fuera de eso, en todas las épocas ha habido gente desleal y aborrecible, por eso digo que no hay grandes novedades. Cuando llegaron los socialistas al poder esperábamos que cambiaran mucho las cosas y algunas han cambiado muy poco. Lo terrible es que al final nos quedemos con la sensación de que el ser humano no tiene arreglo que se encanalla todo a nuestro alrededor".

Xavier Rubert de Ventós (ensayista):

"Que estén en la cárcel financieros importantes puede darle gusto al cuerpo a mucha gente. Por una parte, ejercen de chivos expiatorios, ya que la plebe necesita de vez en cuando que caigan los peces gordos, los que tratan de miles de millones. Por otra parte, su caída ilustra un cambio importante, ya que supone que, además de los pecados íntimos y privados, se asume que hay un mundo de responsabilidad cívica. En la antigua Grecia había la tradición que era más grave robar al Estado que a un particular, pero la tradición cristiana hizo que hubiera una mayor tolerancia hacia, el robo a gran escala. Parece que esto está cambiando".

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