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Oposición médica a una directiva que limitará la investigación sanitaria

La norma de la UE intenta proteger el uso de datos personales

Milagros Pérez Oliva

Los ministros de Sanidad de la Unión Europea, reunidos esta semana en Bruselas, están debatiendo una directiva propuesta por el Parlamento Europeo que restringirá las posibilidades de investigar problemas de salud pública, según la Asociación Internacional de Epidemiología. La directiva intenta protejer al individuo frente al uso de datos personales con demasiado énfasis, según los epidemiólogos, dificultando la investigación sobre problemas de salud relacionados con agentes contaminantes o laborales.

El proyecto de directiva establece restricciones en el uso de la información sanitaria e impide explícitamente el acceso a la información médica ya registrada. En concreto impide que puedan consultarse datos médicos, por ejemplo los que figuran en las historias clínicas, para fines distintos de aquéllos para los que se hubieran obtenido. Como la mayor parte de los datos registrados se obtuvieron por razones terapéuticas y no de investigación, esta limitación impide poder estudiar la incidencia de determinadas patologías. La directiva establece ciertas excepciones, pero incluso en los casos en que se permite una investigación retrospectiva, exige que se obtenga el consentimiento informado de todas las personas sobre las cuales se vaya a consultar información, lo cual resulta impracticable, ya que la mayor parte de los estudios epidemiológicos tienen eficacia, precisamente, a partir de un número muy elevado de casos,

"Todos estamos de acuerdo en que se debe proteger la información personal frente a divulgaciones indeseadas; pero el público precisa también información y protección frente a los riesgos de la vida moderna a fin de poder tomar las decisiones personales y políticas adecuadas", indican Jorn Olsen, Miquel Porta y Rodolfo Saracci, en nombre del comité europeo de la AlE.

Algo que ocultar

La directiva puede constituir en la práctica, según ellos, "una herramienta muy poderosa para quienes tengan algo que ocultar. Los que atenten contra la salud pública podrán hacer uso de la directiva para bloquear toda investigación sobre las consecuencias sobre la salud", indica Miquel Porta, epidemiólogo del Instituto Municipal de Investigación Médica (IMIM) de Barcelona. El llamado síndrome de Ardistyl es uno de los casos más recientes de investigación epidemiológica realizada en el ámbito laboral.

"Muchos de los efectos cancerígenos de determinados productos industriales, por ejemplo, se manifiestan con años de retraso. Si esta directiva hubiera estado vigente, no hubiera sido posible determinar la peligrosidad de muchos productos, como el asbesto o el amianto, cuyo uso se encuentra ahora sometido a estrictas normas de seguridad", añade Miquel Porta.

Estudios retrospectivos de este tipo han permitido establecer la relación entre determinados agentes cancerígenos y los tumores por ellos provocados. O determinar, por ejemplo, que las mujeres que tienen el primer hijo después de los treinta años tienen mayor riesgo de contraer cáncer de mama.

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