"La fama es poco leal", afirma el escritor chileno José Donoso

José Donoso repasaba el martes en Madrid el decreto español por el que se le concede la Gran Cruz del Mérito Civil y, aunque agradecido, no entendía gran cosa. Mérito literario, de acuerdo; pero ¿civil? Protagonista a principios de mes de una Semana de Autor en Madrid a la que no pudo asistir por enfermarse en Barcelona, Donoso se recuperó para dar una conferencia en Ginebra y participar en un jurado en Roma. Donde van a morir los elefantes, su último libro, será publicado en los próximos meses. "La fama es poco leal", piensa el escritor chileno.

Más bien de espíritu retirado, Donoso vive ahora la contradicción de la fama y los homenajes.¿Cómo lo lleva? "Con una gran comodidad, como si hubiese nacido para eso", dice con su mirada de color azul de inocencia. "Me molesta la envidia, pero tampoco demasiado. Como no me expongo mucho a la vida pública, no tengo ocasiones de mayor desagrado". Con motivo de sus 76 años, Donoso ha sido objeto de toda suerte de alabanzas y ditirambos que todos los días le demuestran una fama a la que no siempre estuvo acostumbrado. "Será por poco tiempo", dice con la voz suave entre su barba blanca de sabiduría. "Es sabido que la fama es poco leal".Donoso fue, junto con Fuentes, el escritor más literario y experimental de su generación continental y, al igual que el mexicano, parece haber abandonado esta línea para regresar al clasicismo de su primera obra, Coronación. "Sí, pero el de ahora es un clasicismo que ha aborbido la modernidad; es un clasicismo sin inocencia, un clasicismo virtuoso".

Donde van a morir los elefantes, la novela que se encuentra en prensa, iba a tener 200 páginas y terminó con 600. El título recoge una frase hecha que alude a las malas universidades americanas -llamadas cementerios de elefantes- "pues allí entierran sus sueños de escritura y de grandeza un buen número de literatos que siempre están proyectando escribir la gran novela americana en su próximo año sabático".

"Es una novela irónica y monstruosa como suelen ser mis novelas. Me produjo un enorme placer escribirla", dice Donoso, célebre porque habitualmente sufre con cada una de sus obras hasta el punto de que enferma cuando las termina. En esta ocasión, temeroso de perder el impulso creativo, al día siguiente de poner el punto final se sentó a escribir la siguiente, de la que ya lleva 180 páginas y el título: Conjeturas sobre la memoria de mi tribu. Son unas memorias. Según contaría luego María del Pilar Donoso, su esposa, también escritora, últimamente Donoso se escapa de cualquier sitio para escribir.

Cuando mira hacia atrás ¿cómo ve su obra? Donoso sé ríe y recuerda el epitafio de la gran Dorothy Parker: "Excusen mi polvo", fórmula retórica con la que los, primeros motoristas pedían perdón a, quienes molestaban con el polvo levantado. Luego hubo demasiados motoristas.