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Un proyecto mixto cuestionable

Pharmacia Iberia, filial española de la multinacional sueca Pharmacía, y el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) acaban de suscribir un convenio para establecer un departamento mixto en el Centro Nacional de Biotecnología (CNB). Para sus promotores, el convenio representa una vía inédita de colaboración en la I+D industrial que estaría llamada a tener importantes e innovadoras repercusiones en la política científica nacional. Sin embargo, un análisis somero de los antecedentes y consecuentes de esta operación revela que las cosas no son tan ejemplarizantes como se nos quieren presentar.La multinacional Pharmacía resulta de la compra de Farmitalia Carlo Erba por KABI-Pharmacía en mayo de 1993. En España, esa operación se traduce por la fusión del grupo Kabi, SA, y Antibióticos Farma, para constituir Pharmacia Iberia. Con anterioridad, KABI-Pharmacía había tomado posiciones en el sector farmacéutico español, con la adquisición de los Laboratorios Fides y el Instituto Llorente. Como consecuencia de este proceso de absorción, Kabi establece su centro I+D en el antiguo laboratorio de investigación de Laboratorios Llorente, en el que trabajaban unas treinta y cinco personas. Tras la firma en abril de 1993 de un acuerdo Kabi-CSIC para la creación en el CNB de una unidad mixta de inmunología, se cierran las instalaciones de investigación y se despide a un 50% aproximadamente del personal empleado en su centro I+D.

La compra de la multinacional italiana Farmitalia Carlo Erba por Kabi-Pharmacía supone en España la absorción de Antibióticos-Farma, empresa cuyos avatares históricos la sitúan en el centro de importantes operaciones financieras que tienen que ver con lo que ahora se ha convenido en denominar cultura del pelotazo. Como es sabido, Antibióticos, SA había sido adquirida en 1985 por el tándem Conde-Abelló (con dinero procedente de la venta de los Laboratorios Abelló a Merk-Sharp and Dome), quienes la elevaron al número uno del sector farmacéutico español con la adquisición de las empresas Alcaloides, Alcaliber, Penibérica e Ibys.

En abril de 1987, pese a sus promesas de expansión empresarial y mantenimiento, de la titularidad española, Conde vende Antibióticos al grupo italiano Montedison-Ferruzzi, interesado en reforzar su filial farmacéutica Farmitalia CarloErba, en una operación financiera de gran actualidad por sus implicaciones en el caso Banesto español y la tangentópolis italiana. A finales de 1988, Antibióticos, SA, se escinde en el Grupo Antibióticos (sede en León) y Antibióticos Farma (sede en la calle de Antonio López de Madrid), que es la sociedad adquirida por el grupo, Pharmacía. Como consecuencia de dicha adquisición, el grupo sueco dispone del centro, I+D de Antibióticos Farma, con una superficie útil de unos 1.600 metros cuadrados, muy bien instalado y equipado -merced a importantes subvenciones del CDTI, Plan de Fomento de la Industria Farmacéutica, ambas del Ministerio de Industria y Energía, y bonificaciones fiscales a la. I+D- y dando empleo a unas sesenta personas.

El nuevo acuerdo suscrito en octubre de este año con el CSICprevé la cesión por siete años a Pharmacia Iberia de la cuarta planta del edificio del CNB, con una superficie diáfana de unos 1.600 metros cuadrados, a cambio de 450 millones para su rehabilitación y unas anualidades imprecisas -lo que quede de 1.050 millones de pesetas tras descontar unos gastos no especificados del personal de Pharmacía y de proyectos de investigación por establecer- con la única garantía de cubrir el 25% de los gastos generales del CNB. El acuerdo, en el que no hay mención alguna a las importantes inversiones públicas en el CNB -por importe superior a los 4.000 millones de pesetas- puestas a disposición de Pharmacía, establece además una renuncia expresa del CSIC a los derechos de explotación de las invenciones, conformándose con una regalía "justa a negociar de buena fe". Por otra parte, el acuerdo parececonculcar el principio de concurrencia que debe presidir las relaciones de los entes públicos con los privados. ¿Por qué otorgar una concesión en régimen de monopolio a una sola empresa, sin que el sector público garantice a través de un concurso la libre concurrencia de otras empresas posiblemente interesadas y que pueden, quizá, aportar más recursos financieros o mejores condiciones? Además, el conocimiento de este acuerdo puede retraer a otras empresas de participar en contratos de I+D con grupos del CNB, puesto que nada garantiza ya la confidencialidad de sus propias investigaciones.

Si a lo anterior añadimos las ventajas fiscales y comerciales que obtiene la empresa arrendataria a partir de las inversiones en I+D, resulta que lo que se presenta como el gran contrato de investigación del CSIC no es sino uno más de entre los muchos casos de "asunción de costes y gastos de funcionamiento privados por el sector público". Especialmente si, como sucedió con el anterior acuerdo CSIC-Kabi, el nuevo acuerdo CSIC-Pharmacía culmina con el cierre de otro centro I+D empresarial, en este caso el de Antibióticos Farma, y el despido de parte de su personal; en este sentido la empresa hace tiempo que hizo públicos sus planes de concentrar toda la investigación en "el laboratorio conjunto que tenemos con el CSIC".

Para entender el alcance de esta operación es preciso considerar el importante papel que juegan los centros I+D en la estrategia comercial de las empresas farmacéuticas, al amparo del Plan de Fomento de la Investigación en la Industria Farmacéutica del Ministerio de Industria y Energía. Creado en 1986, con el objetivo de desarrollar las bases de una tecnología farmacéutica propia, el Plan de Fomento proporciona una amplia batería de ayudas directas e indirectas a la I+D empresarial, sobre las base de proyectos de investigación y compromisos de inversiones en I+D. De todas estas ayudas, las más importantes para las empresas son las que garantizan prioridades en las compras directas del Estado y, sobre todo, las destinadas a mejorar el cash-flow mediante la revisión de precios de los fármacos en función de la calificación obtenida por la I+D empresarial.

Ahora bien, según el manual editado por la Secretaría de Estado de Industria, reciben la calificación de excelente -y son acreedoras a los máximos beneficios del Plan de Fomento-aquellas empresas que disponen de grandes centros I+D con instalaciones, equipo y dotación de personal suficiente para completar el desarrollo de sus programas de investigación. En la práctica, este requerimiento se satisface con unos gastos en investigación y desarrollo superiores al 8% del volumen de ventas.

En el caso de Pharmacía -que con la compra de los Laboratorios Fides, Llorente y Antibióticos Farma anuncia un volumen de ventas de unos 25.000 millones de pesetas al año-, continuar dentro de los niveles de excelencia de Antibióticos y Llorente requeriría unos compromisos de gastos I+D superiores a los 2.000 millones de pesetas por año y el mantenimiento de sus centros de investigación. Cifra que contrasta con los gastos I+D anunciados por Pharmacía: 1.400 millones de pesetas por año para toda la investigación básica y clínica. Si, pese a esta disminución de gastos I+D y el probable cierre del centro de investigación, las autoridades del Ministerio de Industria y Energia siguen calificando de excelente la investigación de Pharmacia Iberia, el resultado para la filial de la multinacional no podría ser más ventajoso: cierra centros, reduce gastos y, empleo I+D, a la par que gana prestigio y calidad investigadora mediante su asociación con el CNB.

Para el sistema de ciencia y tecnología español, que según todos los indicadores se sitúa en la cola de la Unión Europea, muy especialmente en la I+D empresarial, esta operación representa una contravención de la vigente política científica, encaminada a incrementar el peso del sector empresarial -infraestructura, personal y gastos corrientes- en la I+D nacional. Además, crea un precedente tentador para otras empresas, que pueden verse atraídas por la posibilidad de situar su I+D en centros públicos de investigación y universidades, construidos y equipados con subvenciones públicas, con abandono de sus propios centros I+D.

Para el CSIC, necesitado de financiación para terminar la cuarta Planta del CNB y atender a los elevados gastos de mantenimiento de un edificio inteligente, el alquiler de locales a Pharmacía puede ser una operación comercial interesante. Otra cosa es la valoración de esta operación desde la perspectiva de los objetivos científicos del CNB y las políticas I+D antes consideradas. En ese sentido, esperamos ansiosos una toma pública de posición por parte de las Secretaría de Estado de Universidades e Investigación y la Secretaría de Estado de Industria.

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es presidente de la Asociación de Personal Investigador del CSIC

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