Condena de muerte para el antiabortista que mató a un médico en Florida
Paul Hill, el hombre que mató a un médico que trabajaba en una clínica de planificación familiar en Florida en julio de este año, fue condenado ayer a morir en la silla eléctrica. Hill, que fue pastor presbiteriano antes de dedicarse al activismo contra el aborto, acogió la sentencia con la misma frialdad que ha mantenido durante todo el juicio: "Espero que mi muerte inspire a los creyentes para que se alcen en defensa de los no nacidos", anticipó el pasado viernes, cuando recibió dos sentencias de cadena perpetua y descartó cualquier apelación de la posible condena a muerte.El 29 de julio, Paul Hill, de 40 años de edad, salió del piquete de manifestantes que protestaban ante el Centro de Mujeres de Pensacola, en Florida, y disparó contra el doctor John Britton, 69 años, y contra James Barrett, de 74, un teniente coronel retirado que actuaba voluntariamente como guardaespaldas del médico después de las amenazas que éste había recibido. Los dos hombres cayeron muertos y la mujer de Barrett resultó herida.
El pasado viernes, Hill fue la primera persona en EE UU a la que se le aplicó la nueva ley federal que protege las clínicas de planificación familiar de actos hostiles y ataques. El ex ministro presbiteriano, que saludó sonriendo a varios conocidos en la sala, defendió hasta el final los dos asesinatos, con la clara intención de que su condena sirva para que el movimiento en contra del aborto tenga un mártir:"Es evidente que cuanto más clara aparezca una injusticia, aumentan las posibilidades de que la gente se levante para frenar esa injusticia".
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