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Tribuna:INDONESIA, EN EL PUNTO DE MIRA
Tribuna
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La guerra olvidada de Timor Este

Los timorenses no podían haber buscado mejor ocasión para exponer y recordar al mundo su olvidada lucha. Tal vez ésta sea la primera batalla perdida por su enemigo, el general Suharto. El presidente de Indonesia hospeda al foro de Cooperación Económica Asia-Pacífico (APEC) con la esperanza de convertirlo en el mayor reconocimiento internacional de sus 27 años de mandato. Las ansias independentistas de Timor Oriental, que los tanques indonesios no han podido aplastar en 19 años de ocupación, han venido a fastidiarle sus planes.De lengua portuguesa y religión católica, frente a un enorme país en el que, si bien hay una diversidad lingüística, el 89% de sus 190 millones de habitantes es musuImán, los timorenses orientales -800.000- se han opuesto siempre a ser asimilados por sus vecinos indonesios. Pero lo que hoy padecen más que una asimilación es una dominación brutal y sangrienta, realizada con la pasividad de la comunidad intemacioal, que les ha vuelto la espalda y ha silenciadosu lucha con un velo de indiferencia.

"No vamos a rendirnos. Continuaremos aquí hasta que el presidente Bill Clinton o su secretario de Estado, Warren Christoper, nos escuchen. Queremos que Estados Unidos medie entre Indonesia y Timor Este, como ha hecho entre Israel y Palestina", declaró ayer uno de los 29 estudiantes timorenses que han asaltado la Embajada norteamericana en Yakarta con la esperanza de explicar a Clinton lo que ocurre en su pequeño país.

Situada mucho más cerca de la costa norte australiana que de Yakarta -de la que la separan 2.000 kilómetros-, Timor forma parte geográficamente del archipiélago indonesio, pero la mitad oriental de la isla ha estado bajo el dominio colonial portugués desde el siglo XVI. Sukarno, el primer presidente de la Indonesia independiente, ya declaró en 1945 su intención de "recuperar" Timor Oriental, aunque las hostilidades abiertas hacia el pequeño enclave -14.874 kilómetros cuadrados- no comenzaron hasta que la revolución de los claveles en abril de 1974 llevó a las colonias portuguesas a desligarse de la metrópoli.

A partir de ese momento, Yakarta. comenzó a abrirse una vía en la colonia a través de la UDT (Unión Democrática Timorense), mientras la mayoría de la población se inclinaba por el Fretilin (Frente Revolucionario de Timor Este Independiente).

En agosto de 1975 fracasó un intento de la UDT por hacerse por la fuerza con el poder en Dili; Timor Oriental quedó prácticamente bajo el control del Fretilin y éste se lanzó ese mismo 28 de noviembre a declarar de forma unilateral la República Democrática de Timor Este.

Las conversaciones que mantenían en Roma portugueses e indonesios sobre el futuro de la ex colonia quedaron en agua de borrajas. Yakarta consideró que no podía retrasar ni un día más su intervención en Timor Oriental. La invasión ocurrió al día siguiente de que el entonces presidente norteamericano, Gerald Ford, abandonara Yakarta. Durante su visita oficial, había expresado a su homólogo Suharto el deseo de Washington de que los conflictos de la zona se solucionaran a través de la negociación. El presidente indonesio tenía, pues, una disreta luz verde para acabar con caos reinante en Timor Oriental".

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Indonesia no podía arriesgarse aaaa a que el ejemplo revolucionario" del Fretilin, apoyado por Hanoi y Pekín, se extendiera por el país. La amenaza de desintegración el archipiélago era demasiado grande en un momento en que los movimientos secesionistas crecían como hongos en Sumatra, Borneo, las islas Célebes, las Molucas y Nueva Guinea.

Dili no pudo resistir el ataque por tierra, mar y aire de las Fuerzas Armadas indonesias. La capital de Timor Oriental cayó el 7 de diciembre de 1975 en poder de Suliarto. El Fretilin se retiró a las montañas y zonas boscosas de la isla y se convirtió en un movimiento guerrillero. La represión y la tortura hasta la muerte de sus miembros apenas tuvo eco más allá de la antigua metrópoli. La Asamblea General de la ONU condenó la invasión y, cuando al año siguiente, Indonesia se anexionó ese territorio, la ONU no lo reconoció pero tampoco hizo nada por impedirlo.

A finales de la década, el Fretilin estaba casi aniquilado, aunque en los ochenta hubo intentos de reorganización. Yakarta se dedicó a la limpieza étnica: detenciones masivas y envíos de miles de indonesios a colonizar la zona. La bota militar apenas ha permitido el respiro de la población que, pese a ello, se atrevió el 13 de noviembre de 1991 a asistir masivamente al funeral por un estudiante muerto por las fuerzas de seguridad. El desafío se saldó con el ametrallamiento de unas 200 personas, entre las que había ancianos y niños.

Hoy la lucha por la independencia la encabeza el Consejo Nacional de al Resistencia Maubere, cuyo líder, Jose Xanana Gusmao, está encarcelado en Yakarta. Su liberación y su participación en negociaciones de paz con Indonesia son dos de los objetivos de los estudiantes que han tomado la Embajada norteamericana.

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