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GALARDÓN EN MEDIO DE UNA CRISIS

La oposición israelí se indigna por el galardón al líder palestino

Pocas veces un Premio Nobel de la Paz habrá suscitado tantas controversias como el correspondiente a este año, atribuido conjuntamente a Yasir Arafat, Isaac Rabin y Simon Peres. En Israel, todos los partidos de la oposición, desde e Likud hasta el Partido Nacional Religioso, calificaron la decisión de conceder el galardón a Arafat -"ese terrorista, ese asesino", como dijeron algunos parlamentarios- de "vergonzosa" e "indignante"

"Esto es la decadencia de los premios Nobel", aseguró Bibi Nethanyahu, diputado y líder del Likud, quien ha enviado una carta de agradecimiento a Kaare Kristianssen, el miembro del comité de Oslo que ha dimitido para protestar contra la concesión del premio a Arafat. Muchos israelíes han telefoneado a la emisora de radio Kol Israel para exigir que Rabin no suba a la tribuna con Arafat durante la ceremonia de la entrega del premio en Oslo.

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A decir verdad, el primer ministro israelí tampoco se encuentra a gusto. El premio parece llegar en un mal momento, tras el secuestro del soldado Nachshon Waxman por el grupo integrista islámico Hamás.

Rabin se negó ayer a contestar a las preguntas de los periodistas. "El primer ministro está demasiado ocupado por el caso Waxman", explicó uno de sus colaboradores antes de leer un texto en el que Rabin agradece la concesión del galardón al comité Nobel y felicita a Peres y a Arafat. Rabin destaca que se trata de "un premio para el futuro".

"Decisiones difíciles"

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El ministro de Exteriores israelí, Simon Peres, utilizó casi las mismas palabras para dar a entender que el Nobel de la Paz ha sido prematuro. Pero Peres felicitó a Rabin por "haber sabido tomar decisiones difíciles" y a Arafat por "haber cambiado radicalmente su trayectoria".

Esta no es la primera vez que árabes e israelíes reciben el Nobel de la Paz. El presidente egipcio Anuar el Sadat y el primer ministro israelí, Menajem Beguin lo recibieron en 1978 por haber "roto el hielo que separaba a sus dos pueblos después de treinta años de guerra y permitido negociaciones directas para la paz entre Israel y Egipto". Un año más tarde, los dos países firmaron un tratado de paz que hizo que Israel se retirara por completo del Sinaí en 1982, que ocupaba desde 1967.

Sadat fue asesinado en 1981 por un militante islamista que no le perdonó el acuerdo de paz. Beguin murió en 1992, tras varios años de vivir apartado por completo de la vida política y tras recibir numerosas críticas por haber cedido ante los egipcios.

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