España firma hoy dos convenios internacionales de protección ambiental

España firma hoy dos acuerdos internacionales de protección ambiental promovidos por la ONU y de gran calado para el territorio nacional. El ministro de Obras Públicas, Transportes y Medio Ambiente, José Borrell, encabeza la delegación nacional que estampará en París, en la sede de la UNESCO, su firma en el Convenio de Lucha contra la Desertificación. En Madrid, los 18 países, más la UE, que firmaron en 1976 el Convenio de Barcelona de Lucha contra la Contaminación en el Mediterráneo llegan hoy a un nuevo acuerdo para intensificar la protección de este mar frente a la amenaza de los hidrocarburos y la industrialización.El presidente de Francia, François Mitterrand, presidirá la apertura de la firma del texto contra la desertificación. Un centenar de países acordó el pasado mes de junio en París la adopción de este convenio, el tercero que emana de la Cumbre de Río de 1992 y que pretende atajar el deterioro de las tierras en África, América Latina y el Caribe, Asia y algunos países de la cuenca mediterránea, entre los que se encuentra España, único país europeo en el que se reconoce que este problema ecológico es grave.

Este convenio, que entrará en vigor noventa días después de que haya sido ratificado por 50 países -proceso que podría tardar todavía dos años-, crea el marco para la puesta en marcha de programas nacionales, subregionales y regionales para luchar contra la pérdida de suelo fértil e insta a la comunidad internacional a que adopte medidas, especialmente de tipo financiero, y transfiera a los países en desarrollo la tecnología necesaria para atajar la pérdida de suelo fértil, que afecta ya al 25% de la superficie terrestre del planeta (un 66% en África).

Como los otros tratados surgidos de la Cumbre de Río, el principal problema con que se topa es el económico. No está muy claro cómo ni quién va a poner entre 10.000 y 22.000 millones de dólares anuales durante dos décadas (entre 1,3 y 3 billones de pesetas) que se estiman necesarios. Durante las negociaciones, los países afectados del Tercer Mundo no consiguieron que se habilitara un nuevo fondo para este fin, y quedó pendiente de abrir una nueva ventanilla dentro del Fondo Mundial para el Medio Ambiente (GEF).

Un mar muy amenazado

Finalmente y tras muchas tensiones se logró ampliar el problema de la desertificación a otras regiones en el mundo fuera de África. La diplomacia española consiguió que se reconociera en un anexo específico que este problema existe en el Mediterráneo norte, aunque dejando claro que España, Grecia y Portugal no podrán recibir ayuda financiera.El protocolo que hoy se firma en Madrid fija una mayor vigilancia para evitar que este mar cerrado sucumba entre la progresiva industrialización. Establece normas más estrictas para que los Gobiernos controlen las plataformas petrolíferas y de gas el vertido de residuos industriales a las aguas y algunas otras actividades contaminantes como la limpieza de buques petroleros.