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FINAL DE LA FERIA DE FRANCFORT

Jorge Semprún conquista Francfort con un discurso sobre la reconciliación

Los alemanes le agradecen el haber mantenido viva la memoria de Buchenwald

Si los alemanes no fueran tan disciplinados y protocolarios ayer se hubiera desbordado una emoción intensa. La Asociación de Libreros y Editores alemanes entregó a un superviviente de Buchenwald el premio más importante de Alemania, el de la Paz. El marco, no gratuito, la Paulskirche: allí se reunió en 1948 la Convención Nacional de Francfort, y allí se entrega, desde 1950, el premio de la paz, que, han obtenido autores como Albert Schweitzer, Hermann Hesse, Karl Jaspers, Octavio Paz o Václav Havel.

El galardón, dotado con 25.000 marcos, unos veinte millones de pesetas, quiere mostrar el compromiso de los editores y libreros alemanes de servir con su trabajo al entendimiento entre los pueblos. Ayer cumplieron. Desde las diez de la mañana empezaron a llegar editores y libreros con sus mejores galas para sentarse disciplinadamente en las ordenadas gradas. Las campanas de la iglesia repicaban sin cesar dando al momento una especial trascendencia. A las 10.55 se cerraron las puertas y a las 11.00 empezó la ceremonia. Los 400 asistentes, todos por rigurosa invitación, en pie, recibieron al escritor y ex ministro de Cultura español, Jorge Semprún, con un sobrecogedor silencio."Hace 50 años usted tenía 20, Jorge Semprún, y también estaba en Alemania, pero entonces usted estaba helado de frío y llevaba una marca de clasificación, el número 44.904. Estaba prisionero en el campo de concentración de Buchenwald, en Weimar". Así introdujo el rector Wolf Lepenier al nuevo premio de la Paz. "Buchenwald no era parte de Weimar, pero Weimar se convirtió en Buchenwald".

"Como escritor, con sus dolorosos recuerdos, Jorge Semprún ha mantenido viva la memoria de Buchenwald; como europeo ha reforzado nuestra esperanza de que Weimar, a pesar de Buchenwald aún permanece visible para nosotros. El dolor del recuerdo, una fuerte esperanza, por ambas cosas le damos las gracias, Jorge Semprún".

Y entonces, el deportado número 44.904 tomó la palabra y durante 45 minutos de reloj habló en un fluido alemán, sin vacilar, sin beber un vaso de agua, y les conquistó. Con palabras muy claras, sin nigún dramatismo, nostalgia ni rencor, les resumió muy brevemente sus tres años en Buchenwald y de lo que para él han significado a lo largo de su vida; habló de totalitarismo y de fascismo, sobre todo, de democracia; de la reunificación alemana y del futuro de Europa.

En el primer capítulo de La escritura o la vida, libro que acaba de aparecer en Francia y que se publicará próximamente en España (Tusquets), Semprún cuenta que descubrió su propio horror al ver el horror reflejado en los ojos de los soldados norteamericanos que liberaron el campo de Buchenwald. Dicen quienes ya han leído el libro que es lo mejor que ha escrito Semprún. De impacto. Su experiencia en un campo de concentración alemán, no de manera novelada sino crudamente autobiográfica.

¿Y qué fue Buchenwald para Semprún? El ex ministro contó ayer que cuando Thomas Mann se fue al exilio se llevó como patria al idioma alemán.

"También es cierto que la idea de patria jamás vino a mi mente en las diferentes ocasiones en que tuve que arriesgar mi vida. Libertad, justicia, solidaridad con los oprimidos" esto es lo que pensé cuando mi vida estuvo en peligro, jamás pensé en una patria". En resumen, concluyó: "Mi patria no es el español ni el francés; mi patria es el espacio para la comunicación social".

Semprún citó un verso del poeta rumano Paul Celan para hablar del viejo conflicto alemán: "Death is a master from Germany" y a continuación lo rebatió: "En este siglo la muerte no sólo ha venido de Alemania, también de España, de Francia, de la Unión Soviética. La muerte viene de la raza humana", dijo.

"Alemania no es el único país europeo que no tiene resuelto el problema de su memoria colectiva", tampoco lo ha logrado Francia ni España. "Esta también eligió por mayoría la amnesia colectiva para lograr el milagro de una transición política a la democracia, un día pagará el precio de este proceso".

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