Solbes replantea la negociación presupuestaria tras la subida del 0,6% en el IPC de agosto
La suerte de la inflación está echada tras el mal dato de agosto. El índice de precios al consumo (IPC) registró una subida dé seis décimas; la inflación de los ocho primeros meses del año se situó en el 3,2%, y la del último año, en el 4,8%. El repunte se ha producido por las tarifas telefónicas, los alimentos frescos y los combustibles. Un jarro de agua fría que para el ministro de Economía, Pedro Solbes, supone replantear las negociaciones con CiU sobre el presupuesto del año que viene. La Bolsa de Madrid llegó a bajar hasta casi el 2%, aunque se recuperó después de mediodía y ganó el 1,3%. El Banco de España reaccionó con prudencia y decidió mantener en el 7,35% el precio oficial del dinero.
El mes de agosto suele ser inflacionista pero casi nadie esperaba las seis décimas de incremento. El acumulado hasta ese mes se sitúa peligrosamente a solo tres décimas del objetivo oficial para todo el año (3,5%) y la tasa anual (4,8%) echa por tierra incluso el 4% últimamente estimado por Economía para el cierre del ejercicio. Tanto es así que el propio ministro, Pedro Solbes, reconoció ayer "algunas sombras e incertidumbres" en un contexto económico "claramente positivo".La quiebra de las expectativas sobre el control de la inflación se produce, además, en el momento en que oficialmente se da por prácticamente cerrada la negociación con Ciu sobre los presupuestos del año que viene. Pero Solbes no dudó ayer en rebobinar a tan sólo semana y media de que se cumpla el plazo que el propio Gobierno se ha dado para aprobar el presupuesto. "No puede dejar de lado un dato de la importancia de éste y, en consecuencia, jugará su papel para tomar las decisiones que el Gobierno adopta, tanto en la lucha contra la inflación como en la negociación del presupuesto, a efectos de reducir el déficit público", dijo el ministro.
Solbes puede así cargarse de razón para hacer un presupuesto más restrictivo que el impuesto por las necesidad de obtener mayoría suficiente en el Parlamento y por las demandas de los demás ministros. El optimismo ante una recuperación más rápida de la economía ha engordado la lista de peticiones. La duda ahora es si el dato del IPC de agosto responde a un tirón de la demanda interna o a razones coyunturales que pueden corregirse en lo que queda de año. El consumo se está recuperando pero no con suficiente fuerza como para explicar el repunte de agosto. Hay datos de signo distinto por lo que Economía espera un crecimiento cero a final de año en media anual.
Aproximadamente la mitad de las seis décimas de crecimiento en los precios de agosto se debe a los alimentos frescos, dos décimas al teléfono y la restante a las gasolinas. La subida de un 30% en las tarifas telefónicas urbanas se ha traducido en un incremento mensual (agosto sobre julio) del 14,4% en la rúbrica de correos y comunicaciones. El alza del precio del petróleo en los mercados internacionales ha provocado una subida mensual del 1,1% en el apartado de carburantes y combustibles.
Pero, mientras las subidas en estos dos grupos de productos pueden ser más o menos puntuales, el caso de los alimentos frescos -subida del 9,1% en tasa interanual, la mayor desde el año 1986- parece tener afán de permanencia. La causas están en la depreciación de la peseta respecto del denominado ecu verde, en la sequía y en el encarecimiento de las materias primas en los mercados internacionales. No caben ahora las importaciones de choque porque el mercado único europeo las ha encarecido. No obstante, el índice de precios pagados y percibidos por los agricultores se está desacelerando desde principios de año, lo que se interpreta como un anticipo de descensos futuros.
Los mercados financieros recibieron ayer el mal IPC con descensos en las Bolsas, anticipados ya en la jornada anterior. Pero, tras conocerse el dato de inflación en Estados Unidos (0,3% de aumento en agosto), la situación dio un vuelco y Madrid cerró con una ganancia del 1,3%. Los inversores españoles se quedaron, pues, con la carta más favorable: la que aleja el temor a subidas de tipos de interés, al menos, en el contexto internacional. En España, el Banco de España decidió ayer mantener el precio oficial del dinero en el 7,35%, que permanece así estable desde principios de agosto.
La trayectoria de los precios en España es, sin embargo, peor que la de nuestros competidores. En agosto se han agravado las diferencias con Alemania (0,1% en agosto y 3% interanual) y Francia (0,0% y 1,7%, respectivamente).
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