EE UU pretende convertir el éxodo de 'balseros' de Cuba en una "emigración legal y segura"

"Canalizar la emigración y convertirla en un proceso legal, seguro, ordenado, predecible y fiable". Éste es el objetivo de EE UU en las conversaciones que comenzaron ayer en Nueva York, en las que se mantuvo un tono "serio, profesional y eficaz" según David Johnson, portavoz de la delegación norteamericana. Ricardo Alarcón, presidente de la Asamblea Nacional de Cuba y jefe de la delegación, coincidió en calificar de "eficaz" la reunión, pero señaló: "Queda un largo camino antes de llegar a ningún acuerdo y un largo camino antes de resolver el problema global".

Ricardo Alarcón, que prefirió ser entrevistado por la CNN en lugar de convocar una conferencia de prensa, añadió que había evocado la cuestión del embargo en cada una de sus intervenciones durante la reunión. "La única solución real para los problemas migratorios es el fin de las actuales hostilidades y el levantamiento del embargo". El jefe de la delegación cubana dijo que no había detectado ningún cambio en la actitud de EEUU en cuanto al embargo, que calificó como "política sin sentido, arrogante y poco democrática".El portavoz norteamericano, que no admitió preguntas de los periodistas en su comparecencia, dijo que en las seis horas que duró el primer encuentro con la delegación cubana se habló, de Ia emigración legal, la interrupción del éxodo incontrolado desde Cuba y el regreso de los delincuentes cubanos que están ahora mismo en cárceles norteamericanas". Ricardo Alarcón señaló que lo único que el Gobierno ha hecho ha sido "eliminar los obstáculos para que los ciudadanos de Cuba puedan viajar al exterior". Alarcón reconoció que los balseros se juegan la vida y dijo que EEUU "tiene la obligación de asegurar que los emigrantes puedan irse de forma civilizada, en un avión y con un visado".

Las conversaciones, celebradas ayer en la misión de EE UU ante la ONU, continuarán hoy en la misión cubana. Aunque estaba previsto que duraran dos días, David Johnson dejó abierta la posibilidad de que se prolonguen.

Aumentar los visados

Antes de comenzar la reunión, los jefes de las delegaciones ya habían subrayado sus diferencias: "En el orden del día que yo tengo se habla sólo de asuntos de emigración. No hay nada sobre embargo, economía u otras cosas. Todo sobre emigración" afirmó Michael Skol, subdirector de la Dirección General de América Latina del departamento de Estado.

El plan del Gobierno norteamericano, sobre el que ayer el portavoz no ofreció ningún detalle, es multiplicar por 10 -de 2.700 a 27.000- el número de visados anuales para salir de Cuba, con lo que se volvería a la cantidad pactada en 1984 por los dos países, que nunca ha sido cumplida. El incremento se lograría agilizando los obstáculos burocráticos y reduciendo las exigencias sobre lazos familiares en EEUU y reclamaciones políticas de los que solicitan el visado.

A cambio, Washington quiere el compromiso formal del régimen de Castro para que se corte el éxodo de los balseros, por el bien de los dos países, señaló ayer Michael Skol. "Nos interesa tanto como a ellos establecer un sistema que garantice una emigración segura y ordenada que sustituya a lo que está ocurriendo ahora, una emigración caótica, peligrosa e insegura que queremos que termine".

Cuba plantea que los problemas de emigración deben contemplarse en un contexto amplio en el que se discuta la posibilidad de suavizar el embargo, se negocie el futuro de la base de Guantánamo, se elimine la propaganda contra Fidel Castro de Radio Martí y TV Martí y se revisen las nuevas sanciones económicas impuestas hace dos semanas. EE UU señala que cualquier modificación de la política sobre Cuba deberá estar precedida por principios generales -liberación de los presos políticos, libertades democráticas- y por puntos concretos, como la devolución a Cuba de los delincuentes peligrosos que llegaron hace 14 años con la oleada del Mariel.

EE UU quiere también aclaraciones sobre las noticias que indican que las autoridades cubanas habrían puesto en libertad a un cierto número de encarcelados, instándoles a que se hagan a la mar en balsas. Ricardo Alarcón aseguró ayer que esas noticias son "absurdas" y que no tienen nada que ver con la realidad: "Es una forma de crear una atmósfera muy negativa, no sólo para las conversaciones, sino para aquellos cubanos que están buscando una nueva vida en EE UU. No son criminales. Es simplemente gente que quiere una oportunidad y trata de escapar de una situación económica muy dura".

Siguen las salidas

En el estrecho de Florida, mientras tanto, el buen tiempo está haciendo que se eleve considerablemente el número de balseros recogidos por los buques norteamericanos. El miércoles, los rescatados fueron 2.159, con lo que el total del mes de agosto asciende a 21.300 personas. A última hora de la tarde de ayer, los rescatados pasaban del millar, aunque una portavoz del Servicio de Guardacostas dijo que el mar estaba tranquilo y que se preparaban para seguir recogiendo refugiados hasta la noche y sobrepasar de nuevo la barrera de los 2.000.

En la base de Guantánamo ya hay más de 15.000 cubanos alojados. Otro de los destinos elegido por los balseros en las últimas horas es el paraíso financiero de las Islas Caimán, donde hay ya 260 refugiados.