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40.000 regantes del Segura pagarán 800 millones por un trasvase insuficiente

Un camión, con 12.000 litros de agua llega cada hora al paraje de Las Cumbres, en el municipio de Lorquí (Murcia). El dueño de esta finca de 21 tahúllas (unas dos hectáreas), José Campuzano Moreno, compra el agua en un pozo privado para luchar por salvar su huerto de albaricoqueros. Los frutales los plantó hace 15 años, cuando se abrió el trasvase Tajo-Segura. Ahora, con el riego que le correspondió del acueducto, sólo ha podido dar agua a la mitad del arbolado. Como él hay 40.000 regantes del trasvase que tendrán que pagar 800 millones de pesetas por un agua insuficiente para sus cultivos.

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Los 55 hectómetros cúbicos trasvasados desde el Tajo se han quedado en 48 después del viaje de 300 kilómetros por los canales. Esta semana han empezado a regar los primeros agricultores. Son los de las zonas de las Vegas Alta y Media del Segura. Esta geografía agrícola es de melocotoneros, albaricoqueros y ciruelos es la más necesitada porque los árboles tardan entre cinco y siete años en hacerse y pueden secarse.José Campuzano recorre su finca de Lorquí desesperado: "Esto es una ruina". El pasado jueves le tocó su turno de riego. Le correspondieron 17 minutos por tahúlla, cuando hacen falta 40 minutos para regarlo todo. La mitad del arbolado se ha quedado en seco. "Si esto del campo fuera una industria, el 90% de la gente echábamos la persiana y no abríamos en cinco años. Así se darían cuenta de lo que se pierde, pero es que si pasamos dos meses sin darle agua a los árboles se engominan y se secan y lo perdemos todo". Junto a él están tres jornaleros. Este año, con la sequía, casi no ha habido trabajo.

Campuzano ha cogido 13.000 kilos de albaricoque, una cosecha que le puede dar alrededor del millón de pesetas. Dentro de dos meses volverá a estar "en este sin vivir, sin agua y con los árboles que se me mueren". Los albaricoqueros, de esta finca ya vivieron hace una década otra prueba de fuego. Fue la sequía del bienio 1983-84, cuando las cuencas del Tajo y del Segura se quedaron casi secas. La de ahora es más grave todavía... "Y con mucha gente empeñada con los bancos". Este agricultor, de 57 años, ha pagado por el agua del trasvase 25.000 pesetas, pero en cubas ya se ha gastado 250.000 pesetas. Cada viaje del camión le cuesta 7.000 pesetas.

En medio de un bancal, mientras esperan que llegue la cuba con el agua del pozo, peones y dueño almuerzan. El comentario es ahora el trasvase desde el Ebro hasta Mallorca, aprobado el viernes por el Consejo de Ministros. El Ebro tira al mar más de 3.000 hectómetros cúbicos al año y se envían a Palma 10 hectómetros cúbicos. "Es como una gota", dicen, "pero se quejan también". En el corrillo hay respuesta: "Es que en algunos sitios se han dado cuenta que el agua es como el petróleo, y quieren sacar lo que puedan y más".

El bar El Empalme está en un cruce de autovías y carreteras locales, cerca de Archena, en plena zona de tierras abastecidas por el trasvase. Dentro del bar, el tema de conversación es único desde hace meses: el agua. "Parece que le queramos quitar el agua a alguien. Sólo pedimos lo que sobra en otros sitios", comenta uno de los clientes. Otro tercia y le echa las culpas al Gobierno. "Es que no se dan cuenta los gobernantes de la riqueza que se va a perder para todo el país".

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A unos kilómetros de la allí, José Mellado, regante de la comunidad de Campotejar Alta, regaba ayer sus dos tahúllas y media de melocotoneros, variedad sudaneses, que son los más tardíos. Mellado cuenta que los primeros melocotones no pudo venderlos "porque parecían nueces de pequeños que eran, y eso no lo quiere nadie. Las ciruelas de por aquí tampoco han podido ir al mercado, las han comprado para la conserva, para zumo, porque no tenían tamaño".

Un vecino se incorpora al grupo. Ver agua, aunque sea de otro, es siempre una bendición. Se llama Alfonso Romero Pérez, es de Molina, y tampoco podrá regar ni la mitad de sus huertos.

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