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El último 'cometazo' alzó una nube de fuego de miles de kilómetros por encima de Júpiter

Los impactos son ya tan fuertes que los aficionados pueden verlos con sus telescopios

A la espera del gran impacto del fragmento Q del cometa Shoemaker-Levy sobre Júpiter, previsto para hoy, los astrónomos comienzan a analizar las espectaculares imágenes que están obteniendo. Los trozos de cometa de tamaño superior al inicial están dando la oportunidad a los astrónomos aficionados de asistir al espectáculo, según el coordinador internacional, Brian Marsden. La colisión más violenta, hasta ahora, la del fragmento G, dejó en Júpiter una marca negra del tamaño de la Gran mancha roja, y H levantó una nube de fuego de varios miles de kilómetros sobre el planeta.

Los científicos creen que las grandes marcas que se aprecian en Júpiter, cinco hasta el momento, pueden ser visibles durante semanas o incluso meses, ha explicado la astrónoma Heidi Hammel, del equipo que esta estudiando el cometazo en. el Instituto del Telescopio Espacial. Hubble, en EE UU.Ayer se produjeron los choques noveno y décimo del tren cometario, ambos muy fuertes, pero hasta ahora, el más violento ha sido el del fragmento G, el octavo, que estalló el pasado lunes. La potencia de ese choque, estimada en el primer momento en 250 millones de megatoneladas por Eugene Shoemaker, parece exagerada cuando se han analizado los datos. "Nuestro mejor cálculo ahora de la energía. de G es seis millones de megatones, que siguen siendo muchísimos", ha declarado posteriormente el codescubridor del cometa.

La marca de G, cuyo tamaño aún no se ha determinado, está situada a unos 50 grados de latitud en Júpiter. "G cayó sobre otro impacto anterior, el D, y ha formado una gigantesca mancha oscura apreciable perfectamente con un telescopio de aficionado, de unos 20 centímetros", comenta desde el observatorio de Pic-du-Midi, el investigador de la Universidad del País Vasco, Agustín Sánchez Lavega.Nube contaminada"La mancha de ese choque tiene un color extremadamente oscuro, ahora mismo es el punto más negro de Júpiter. Mide 8.000 kilómetros de diámetro y está rodeado de un halo gris de unos 25.000 kilómetros", continúa este astrónomo español, quien explica que no se trata (le un agujero en Júpiter sino de una nube oscura formada por partículas negras. "Pensamos que es una nube contaminada por él material de cometa, porque si fuera nubes del planeta serían blancas, de amoniado o agua, dice". En algunas imágenes, los impactos aparecen más grandes y coloreados que el satélite joviano IO.

El siguiente trozo de Shoemaker-Levy estrellado contra el planeta fue H, el pasado lunes a las 23.21 hora peninsular española. Los astrónomos del Pic-du-Midi, con dos telescopis y cámaras de bandas óptica e infrarroja, apreciaron toda la explosión, desde el fogonazo inicial hasta la bola de fuego que se levantó varios miles de kilómetros por el encima de las nubes de planeta."Todo en un minuto y seguramente llevaba un pequeño fragmento delante", dice Sánchez Lavega.

El gran impacto de la 'banda de los cuatro'

A. R. El gran fragmento Q del cometa Shoemaker-Levy, cuyo impacto se, producirá esta noche, se ha partido en dos trozos, Q1 y Q2, según las últimas observaciones, pero uno de ellos tiene gran tamaño aún. Van muy seguidos y chocarán contra el planeta a las 21.30 y a las 22 hora peninsular española, según informa Agustín Sánchez Lavega desde el observatorio de Pic-du-Midi.

Después, el siguiente gran evento-acontecimiento previsto en el programa, es el espectacular bombardeo de cuatro trozos (R, S, T y U) que producirán, al menos tres de ellos, impactos muy seguidos y muy próximos unos de otros en Júpiter. Los astrónomos han bautizado ya este grupo como la banda de los cuatro.

Para el final, quedará otro trozo de tamaño considerable, el V y otro más pequeño, el W, que cerrará esta ráfaga de impactos sobre el planeta.

Cuando todo haya acabado, los científicos tendrán cantidades ingentes de información que analizar. "Los datos nos permitirán estudiar detalladamente la evolución de los choques y probablemente podremos decir algo definitivo sobre la composición química de la atmósfera de Júpiter, ha declarado Nguyen Trong Hien, de la Universidad de Chicago, informa The New York Times.

La muerte del cometa Shoemaker-Levy, además habrá dado la oportunidad a los investigadores para examinar detalles de la estructura interior de Júpiter. De las fluctuaciones de temperatura medidas en los sucesivos impactos, de diferente magnitud, se puede deducir, por ejemplo, el paso de las ondas sísmicas generadas por los choques a través de las capas de la atmósfera del planeta. Decenas de modelos de simulación de los efectos del bombardeo podrán ahora ser contrastados con los datos del experimento natural para verificar las predicciones y las hipótesis de los científicos.

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