El cometa 'agujerea' Júpiter
Fogonazos y columnas de nubes, efectos más espectaculares de la colisión
Los fuegos artificiales en Júpiter esperados durante un año están en pleno apogeo. Media docena de los 21 fragmentos del cometa Shoemaker-Levy se han prepitado ya sobre el planeta gigante mientras los observatorios de todo el mundo van tomando el relevo a medida que gira la Tierra para registrar el impresionante espectáculo: fogonazos y chorros de gases. El primer impacto, a las 22.18 hora peninsular española, se retrasó sólo 20 minutos sobre las predicciones de los astrónomos, pero sus efectos no se pudieron apreciar inmediatamente en toda su magnitud. Una hora y media después, el telescopio espacial Hubble envió impresionantes fotografías del agujero que hizo la avanzadilla del cometa roto en la capa nubosa exterior de Júpiter.
El primer agujero sobre Júpiter tiene el tamaño aproximado de la Tierra (unos 12.000 kilómetros de diámetro), pero hay que tener en cuenta que el diámetro del mayor planeta del sistema solar es más de 10 veces mayor (142.000 kilómetros) y que en su mayor parte es un cuerpo gaseoso. Júpiter, desde luego, acusó el impacto, pero dada la gran distancia que le separa de la Tierra (770 millones de kilómetros que la luz tarda 43 minutos en recorrer), nada va a cambiar en los alrededores de nuestro planeta.Un gran fogonazo registrado por los telescopios en la banda de infrarrojo del espectro fué la primera noticia del impacto en la noche del sábado, hacia las 22.18 hora española, con unos minutos de retraso sobre el horario previsto.
El japonés y el té
Al astrónomo japonés Kaz Sekiguchi, del Observatorio Astronómico de África del Sur, en Sutherland, se le atragantará para toda la vida el té que se preparó esa noche, justo a la hora del primer impacto previsto, cuando abandonó por unos minutos su puesto ante la mayor cámara de infrarrojo del mundo, apuntada hacia Júpiter en una situación óptima para verlo. Sekiguchi, astrónomo de plantilla del observatorio, no descubrió en las imágenes tomadas automáticamente por la cámara el fogonazo hasta varias horas después, cuándo el director del observatorio había ya anunciado al mundo qué desde Sudáfrica no se había vistonada.
Más atentos estaban los astrónomos de los observatorios de Almería, Granada y Canarias que fueron los primeros en advertir el acontecimiento. y avisar al coordinador internacional de las observaciones, en Estados Unidos. El fogonazo aparecía justo en el borde de Júpiter, visto desde la Tierra.
Una hora y media más tarde, cuando el planeta gigante mostraba ya hacia aquí el punto de impacto, el telescopio espacial HubbIé, desde su posición privilegiada fuera de la atmósfera, tomaba unas excelentes imágenes del agujero hecho por el primer fragmento de Shoemaker-Levy en la densa caba nubosa de Júpiter, localizado al sudoeste de la característica gran mancha roja del planeta.
La columna de nubes creada al entrar el primer fragmento del cometa en la atmósfera joviana alcanzó unos mil kilómetros de altura, según cálculos de los científicos de la NASA que han empezado a analizar la información obtenida con el Hubble.
,No había datos ayer todavía sobre todas las colisiones. El tercer choque fue comunicado por un observatorio australiano y otro japonés. Tuvo lugar a las 9.02 hora peninsular española y causó una espectacular eyección de gases fuera de la atmósfera. El fragmento tenía un diámetro de unos centenares de metros y la fuerza de la colisión se cifra en 100.000 veces la de la bomba de Hiroshima. "Esta gran nube formada por el impacto nos permitirá, al analizar su espectro, conocer más sobre la misteriosa composición del planeta", señaló David Crisp, astrónomo australiano.
En la madrugada de hoy, el marcador cósmico de pedazos de cometa contra Júpiter habrá llegado ya a seis, detectados desde distintos observatorios de la Tierra.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.