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Casi 200 ONG se benefician anualmente del reparto del 0,5% de la declaración de la renta

Diez asociaciones concentran más de la mitad de los 10.000 millones aportados

Berna González Harbour

Al hacer la declaración de la renta, los españoles se vieron hace bien poco ante el dilema de destinar el 0,5% a la Iglesia católica o a otros fines sociales. En tomo al 40% de las declaraciones toman directamente la primera vía. El resto sirvió el ejercicio pasado para apoyar proyectos de 188 organizaciones no gubernamentales (ONG). En total, 9.725 millones de pesetas. La mayor parte de éste dinero se distribuye entre muy pocas asociaciones. Cruz Roja recibió más de la cuarta parte del total; Cáritas, en segundo lugar, casi un 6%. Diez ONG concentraron más de la mitad de las ayudas.

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¿Adónde va ese 0,5%? Hay multitud de proyectos pequeños y casi desconocidos que, más allá de las cifras multimillonarias, quedan camuflados al final de la lista. Desde un teléfono de información sexual hasta un piso de emergencia para madres solteras, desde cursos de carnicería hasta servicio gratuito de canguros.Es dificil imaginar que haya gente feliz por tener la obligación de madrugar. Pero hay varias chicas en Vallecas que están orgullosas precisamente por esto: porque madrugan, se arreglan para ir a trabajar y corren a coger el autobús rumbo a Getafe. De vuelta a casa hacen la comida, friegan y arreglan su habitación. Nada más simple. Esta vida, que a la mayoría le parecerá tan común, es su paraíso particular. Son cuatro presidiarias y cumplen la última parte de su condena en una discreta casita de Vallecas financiada con el 0,5%. El promotor de este proyecto, el grupo Arco Iris, administra ocho millones de pesetas de estos fondos para que éstas presas de Carabanchel puedan irse, incorporando paulatinamente a un mundo que para otros es común. Sin drogas ni rejas.

"Aquí pueden llevar una vida normal, pueden quitarse todos los tics de la cárcel, pueden relacionarse con sus familiares sin tener que volver a caer en el mismo círculo de droga y delitos", cuenta Susana Fernández, de 30 años. Ella es el alma y responsable de esta casa que imaginó cuando estaba en tercero de carrera.

¿Quién es la psicóloga?

No se sabe muy bien si es porque Susana habla del pico o del talego con la misma familiaridad que las presas, o porque las presas tienen el mismo aspecto estupendo que Susana. El caso es que la última vez que vino el médico a esta casa no supo reconocer a la monitora. "¿Quién de vosotras es la psicóloga?", preguntó.Esther, canaria de 32 años, lleva solamente un mes viviendo en la casa de Arco Iris. "Antes, cuando salía de la cárcel, no tenía ningún apoyo. Ahora es diferente. Te sientes satisfecha de levantarte para ir a trabajar, de acostarte cada noche dice Esther.

Susana está pendiente de que todo vaya más o menos bien. No pocas noches ha pasado en el hospital, temblando cuando a alguna de ellas le ha dado una neumonía por culpa del virus del sida. O en alguna discoteca, advirtiendo a algún incauto que su ligue es portadora del virus y que se lo tiene guardado. O en la fotocopiadora que han montado en Getafe para que trabajen, vigilando los progresos de estas mujeres que están bajo su tutela. "Cuando salen de la cárcel son más egoístas, están a la defensiva. Y aquí van cambiando. Aprenden a ser amables y autodisciplinadas, a ser puntuales, a administrar su salario. Y es así porque reciben dignidad". Por el momento, 12 chicas han pasado por la casa de Arco Iris, que funciona por segundo año.

Un piso cuya dirección se guarda en el más absoluto de los secretos es el que el 0,5% financia para las madres solteras en apuros. Hoy, tres mujeres y sus hijos conviven en este piso tutelado en Madrid por la Asociación de Solidaridad con las Madres Solteras, que ha recibido ocho millones de ayuda.

"Se trata de un refugio temporal para las mujeres que tienen que salir de su casa porque ya no pueden aguantar las situaciones penosas que allí viven con sus compañeros o con sus padres", cuenta Carmen Flores, presidenta de la asociación. "Es un piso de emergencia". Un requisito imprescindible para acoger a una mujer es que tenga ciertos ingresos o perspectivas de tenerlos para que, a corto plazo, pueda instalarse por su cuenta con sus hijos. "Para la gente más necesitada hay otro tipo de instituciones de acogida".

Mirta Agra, por ejemplo, llegó aquí con sus tres hijas huyendo de un compañero que llegó a maltratarla. Ahora está esperando una vivienda social de la Comunidad de Madrid y acaba de estrenar un contrato como limpiadora de una cafetería. "Con esto y lo que gane en unas casas creo que saldré adelante", cuenta.

Información sexual

Un proyecto muy distinto es, sin duda, el teléfono de información sexual. A través del Sexinform, un grupo de psicólogos, sociólogos y otros profesionales especializados en sexología contestan y aseguran a los jóvenes de toda España que quieran realizar consultas sobre el tema, "aunque también hay un importante porcentaje de gente de hasta 70 años", según una portavoz.La fundación Sexpol, que ha recibido 32 millones de pesetas de los fondos del 0,5%, respondió por este teléfono a 31.319 llamadas en el curso 1992-1993. Aquí algunos datos del servicio gratuito: De los 136 jóvenes tratados -la media es de 25 años-, el 22% lo fue por anorgasmia femenina, 18% por disfunción en la erección, 15% por deseo sexual inhibido, 13% por conflictos de pareja, 10% por eyaculación precoz, 4% por falta de hábitos sociales y 3% por homosexualidad mal asumida.

Desde la atención a toxicómanos hasta la información sexual, desde fondos para la integración gitana hasta subvenciones para actividades de ancianos, el destino de las partidas es múltiple y, año tras año, cada vez más disputado.

Los programas más numerosos son, entre otros, los que tienen como destinatarios la infancia, la juventud y las mujeres. La Federación de Mujeres Progresistas, una de las ONG que más dinero recibe, con 143,7 millones de pesetas, tiene un programa muy original para ayudar a las mujeres. Se trata del servicio gratuito de canguros. Esta federación facilita a las mujeres con ingresos inferiores a 100.000 pesetas mensuales o a familias monoparentales una persona que cuide de sus hijos cuando así lo necesita.

"A veces las chicas se tienen que enfrentar a situaciones difíciles con niños, y por eso tenemos que formarlas primero", cuenta Belén Piniès, portavoz de la federación. "Hay una chica, por ejemplo, que fue a cuidar a un niño que le prohibió encender la estufa en pleno invierno para no gastar luz".

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Sobre la firma

Berna González Harbour
Presenta ¿Qué estás leyendo?, el podcast de libros de EL PAÍS. Escribe en Cultura y en Babelia. Es columnista en Opinión y analista de ‘Hoy por Hoy’. Ha sido enviada en zonas en conflicto, corresponsal en Moscú y subdirectora en varias áreas. Premio Dashiell Hammett por 'El sueño de la razón', su último libro es ‘Goya en el país de los garrotazos’.

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