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El 'HubbIe' presenta imágenes claras de planetas formándose fuera del sistema solar

El telescospio ha fotografiado 110 estrellas jóvenes en la nebulosa de Orión

Hasta ahora sólo se conoce con certeza la existencia de un sistema planetario: el formado por el Sol y los nueve planetas que giran a su alrededor, incluida la Tierra. Sin embargo, los astrónomos creen que este tipo de formación debe ser muy corriente en el universo y que se deben crear a partir de grandes nubes de gas y polvo que ven en el cielo. En una de ellas, en la nebulosa de Orión, el telescopio espacial Hubble ha tomado las imágenes más claras hasta ahora del proceso de formación de planetas alrededor de otras estrellas. Los autores del descubrimiento sugieren que si hay muchos planetas en el cosmos también hay más probabilidad de que haya otras formas de vida.

La Nebulosa de Orión, a una distancia de 1. 500 años luz de la Tierra, es una región muy conocida por los astrónomos tanto por su belleza como por ser considerada de gestación de nuevos astros. En esa gran nube de gas interestelar y polvo, C. Robert O'Dell, de la Universidad Rice (Houston EE UU), ha observado 110 estrellas jóvenes y ha descubierto que más de la mitad de ellas están rodeadas por un disco de materia que, se cree, acabará condensándose en planetas dentro de millones de años.El descubrimiento, anunciado por la NASA en Washington, es una "prueba consistente" de que los llamados discos protoplanetarios y, por lo tanto, de que los planetas mismos son "un producto común en el proceso de formación de estrellas", ha declarado O'Dell Hace 15 años los astrónomos lograron con el satélite Iras la primera imagen de un disco de este tipo, registrada no en la longitud de onda visible, sino en infrarrojos, en la estrella Beta Pictoris.

Una pieza más

Estas nuevas observaciones del Hubble confirman, dicen los científicos responsables de las mismas, las pruebas indirectas que ya había acerca de que los planetas -y por lo tanto, tal vez la vida- no son una exclusiva del Sistema Solar, sino un fenómeno corriente en el cosmos. "Esta es una pieza más del argumento" a favor de que la vida puede existir en otros lugares, ha comentado O'Dell.Aunque recientemente se ha anunciado el descubrimiento de dos o tres planetas girando alrededor de un lejano púlsar -un tipo extraño de cuerpo estelar-, las estrellas fotografiadas por el Hubble en Orión son mucho más similares al Sol y pueden dar pistas importantes acerca del origen de la Tierra y de sus planetas vecinos, ha explicado el astrónomo de Rice.

La búsqueda de pruebas de la existencia de otros planetas -acabados o en proceso de formación- fuera del Sistema Solar ha sido un objetivo de los astrónomos desde hace tiempo. Muchos de ellos rechazan la idea de que la especie humana está sola en el universo e incluso hay una célebre fórmula matemática, propuesta en 1960 por el estadounidense Frank Drake, que indica que si existen muchos planetas en el cosmos, es alta la probabilidad de que existan formas de vida independientes de la Tierra.

La cuestión es dificil de dilucidar porque los planetas son pequeños y oscuros, no lucen como las estrellas y muy difíciles de detectar con los telescopios existentes. Incluso si hubiese planetas del tamaño de los del Sistema Solar alrededor de las estrellas más próximas a la Tierra -Alfa Centauro- a una distancia de 4,3 años luz de la Tierra, difícilmente se verían desde aquí, ha explicado la astrónomo estadounidense Suzan Edwards. Pero si los planetas están disgregados en pequeños trozos y dispersos en un área del tamaño del Sistema Solar o mayor, "serían mucho más fáciles de ver", dice Stephen Maran, del Centro de Vuelos Espaciales Goddard, de la NASA.

El primer lugar

Efectivamente, con sus equipos ópticos reparados en el pasado mes de diciembre, el telescopio espacial Hubble ha sido capaz de ver esos discos protoplanetarios en el primer lugar del cielo hacia el que ha sido apuntado por los astrónomos para buscarlos.Según la teoría de la formación de estrellas, éstas nacen en regiones como la Nebulosa de Orión, donde nubes de polvo y gas (sobre todo hidrógeno), por efecto de la fuerza de la gravedad, van formando concentraciones. Cuando estos agregados de materia alcanzan en su interior suficiente densidad y temperatura se encienden las reacciones nucleares que la hacen brillar.

Pero en este proceso debe quedar entre un uno por ciento y un 10% de materia que se acumula, también por efecto de la gravedad, en un disco alrededor del nuevo astro y esa materia puede acabar condensada en planetas, explica Edwards.

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