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Conservadores y socialdemócratas alemanes pactan relajar el freno de la deuda para permitir inversiones en defensa

Los dos probables socios de coalición acuerdan también un fondo especial de 500.000 millones de euros en infraestructuras durante un periodo de 10 años

Friedrich Merz
El líder de la CDU, Friedrich Merz, habla con los medios el día después de las elecciones a la ciudad-estado de Hamburgo, este lunes, en Berlín.Sean Gallup (Getty Images)

La decisión de Estados Unidos de congelar la ayuda militar para Ucrania ha aumentado aún más si cabe la presión sobre Alemania, no solo para formar un Gobierno de coalición con la máxima celeridad posible, sino también para fijar un plan de acción que permita contar con el dinero necesario para defensa y, sobre todo, para seguir apoyando de manera efectiva a Ucrania.

Las conversaciones entre los conservadores de la CDU/CSU y los socialdemócratas del SPD se han acelerado hasta el punto de que este martes han desvelado los primeros acuerdos. Ambas formaciones quieren reformar juntas el freno de la deuda de tal manera que los gastos de defensa necesarios que superen una cantidad equivalente al uno por ciento del PIB queden exentos de las restricciones del freno de deuda fijado en la Constitución. Además, han pactado crear un fondo especial de 500.000 millones de euros para inversiones en infraestructuras durante un periodo de diez años.

“En vista de la creciente amenaza, somos conscientes de que Europa y, con ella, Alemania deben hacer ahora grandes esfuerzos muy rápidamente para fortalecer la capacidad de defensa de nuestro país y del continente europeo”, declaró el líder conservador, Friedrich Merz, ganador de las pasadas elecciones generales, en una comparecencia en Berlín.

Merz reconoció que los recursos para la defensa alemana “deben incrementarse considerablemente” y las decisiones necesarias para ello “no pueden aplazarse más, sobre todo después de las últimas decisiones del Gobierno estadounidense”. “Quiero decirlo muy claramente: ante las amenazas a nuestra libertad y a la paz en nuestro continente, ahora también debe aplicarse para nuestra defensa el principio de lo que haga falta (whatever it takes)”, ha asegurado acompañado de Markus Söder (CSU) y de los líderes socialdemócratas Lars Klingbeil y Saskia Esken. .

Los tres partidos son conscientes de lo que está en juego. Las conversaciones, que comenzaron el pasado viernes, continuaron esta semana centradas principalmente en la financiación. Son todavía encuentros exploratorios; las conversaciones de coalición formales todavía no han empezado, pero el objetivo de Merz es que concluyan “lo antes posible”.

Para llevar a cabo sus planes tienen previsto presentar la próxima semana las correspondientes propuestas de enmienda a la Constitución alemana en el Parlamento alemán en funciones y así evitar la minoría de bloqueo que tendrán La Izquierda y la ultraderecha Alternativa para Alemania (AfD) en el futuro Parlamento que se constituirá a más tardar el próximo 25 de marzo.

Tanto la reforma del freno de deuda como el fondo especial para realizar inversiones “rápidas y sostenibles” en infraestructuras para volver, como explicó Merz, “a una senda de crecimiento estable en el menor tiempo posible”, necesitan una mayoría de dos tercios en el Bundestag.

Esto quiere decir que si esperan a que entre en funciones el nuevo Parlamento, aunque cuenten también con todos los votos de Los Verdes, necesitarían al menos otros siete votos que tendrían que provenir de los diputados de La Izquierda y de la ultraderecha de Alternativa para Alemania (AfD). En cambio, en el Parlamento saliente sí cuentan con los dos tercios necesarios.

“El reto de invertir en una Europa fuerte y segura es quizás la tarea más importante de mi generación política y, con la mirada puesta en la Casa Blanca y en los acontecimientos que tuvieron lugar el pasado viernes en el Despacho Oval con el presidente Zelenski, ha quedado aún más claro que necesitamos mucho más dinero para nuestra defensa y para la seguridad en Europa”, comentó por su parte Lars Klingbeil, que también alabó el paquete de inversiones en infraestructuras algo, en su opinión, muy necesario para que el país “vuelva a funcionar mejor”.

El anuncio de socialdemócratas y conservadores cuenta con el respaldo de economistas como Monika Schnitzer, presidenta del conocido como el consejo de sabios que asesora al Gobierno alemán, que había reclamado previamente una reforma del freno al endeudamiento ―que limita las nuevas deudas que puede contraer el Estado a un máximo del 0,35% del PIB, una cifra que puede variar ligeramente en función de la situación económica― para que el país tenga una “solución duradera”. “Esto debería ir acompañado de requisitos vinculantes para defensa, infraestructuras y educación, a fin de garantizar que los préstamos no se utilicen para hacer regalos electorales”, dijo al diario Rheinische Post.

El Bundesbank ―el banco central alemán― también propone reformar el freno al endeudamiento, pero sin utilizarlo para incrementar el gasto social o las pensiones. Según el borrador filtrado a los medios, su propuesta es que el nuevo endeudamiento anual pueda ser del 1,4%, en el caso de una deuda inferior al 60% que fija la UE. Si está por encima, debería situarse en el 0,9% del PIB. Esto podría aumentar el margen de endeudamiento del Estado en unos 220.000 millones de euros de aquí a 2030 en comparación con la situación actual.


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