"Las mujeres son las que marcan los éxitos de los libros en España"

Pregunta. ¿Cómo lleva ser el novelista español vivo más leído?

Respuesta. El éxito en la Feria del Libro del año pasado de los dos libros que presenté me produjo una gran satisfacción. Tanto la novela como la antología eran textos sobre el amor. La gente está intranquila con este tema, a lo mejor no se atreven a vivir apasionadamente sus amores, pero sí quieren que les hablen de amor. La sociedad se ha vuelto hostil y ha provocado una reacción a favor de la intimidad, pero la gente quiere introducirse en su propia intimidad de la mano de alguien. Este año, La pasión turca es uno de los libros más vendidos, en parte gracias a la película, que quizás no tenga nada que ver con la novela, lo que siempre es bueno. Espero que sea también uno de los más leídos.

P. ¿Le molestan los que desprecian, los libros que tienen éxito?

R. El éxito no se puede procurar. Uno cuenta una historia lo mejor que puede, y si conecta con la gente o no es una cuestión ajena a nuestro trabajo. La creación se hace en la penumbra, en un rincón, apartado de lo que luego sobrevenga. Decir que La pasión turca se ha escrito para el éxito es una auténtica deficiencia mental. Los escritores que promueven la idea de que la buena literatura es para minorías son los que no venden.

P. Se dice que en España se venden muchos libros pero que no se leen. ¿Cree que esto está cambiando?

R. Hay algo curioso que sí que está cambiando. Acabo de recibir un montón de cartas y el 90% son de mujeres. Las mujeres son las que más leen en estos momentos en España; son las que marcan los éxitos y son las que eligen. Me gusta la Feria porque tienes la oportunidad de mirar a tus lectores a los ojos y de rozarles un poco la mano, establecer un contacto que el novelista no tiene normalmente. Que el libro se convierta en un objeto de feria siempre es bueno, ya que éstas han tenido una importancia enorme en la cultura española.

P. Eso de que la gente no se atreve a vivir sus amores apasionadamente tiene mucho que ver con La pasión turca...

R. He querido que la protagonista fuera una Madame Bovary del siglo XX, tan provinciana como ella, y demostrar la capacidad de entrega que tiene la mujer, que probablemente el hombre no la tenga, ya que tiene el alma compartida.

P. ¿Hay una contradicción entre su imagen pública, refinada y cosmopolita y su insistencia en considerarse de pueblo?

R. La contradicción sería si el pueblo fuese siempre tosco, no supiera lo que es la estética y no viajara. No es importante que yo me considere de pueblo, lo importante es que el pueblo me considere suyo. Los lectores me defienden porque lo que yo escribo va, como el eslogan del Trinaranjus, del naranjal a los labios. Soy un escritor muy sincero y mis lectores lo saben.

P. Ha cultivado todos los géneros literarios. ¿Qué es lo que más le atrae de cada uno?

R. No estoy de acuerdo con Aleixandre en que la poesía es comunicación; para mí es conocimiento. No se puede comunicar sino lo que se conoce. La verdadera esencia de las cosas se conocen a través de la poesía. En el teatro hay una pasión congénita; el hombre se disfraza de otra cosa. para conocerse mejor. Se trata de verse en un espejo y decidir si se reconoce o no. En la novela lo que más me atrae es la complicidad con el lector. Del género periodístico me atrae la técnica; la facultad sinóptica. En este momento el periodismo me sirve mucho porque cada vez me molestan más los adjetivos. De todas formas espero no llegar al extremo de Azorín.

P. ¿Qué hábitos de trabajo tiene?

R. Escribo por rachas. Cuando estoy escribiendo no hago otra cosa que escribir. Como comedia o novela, duermo novela y comedia, y sueño con lo mismo. En esta época me voy a Andalucía a trabajar. Llevo quince días en Madrid y ya estoy preocupado. No me interesa la vida literaria de Madrid. Tengo pocos amigos escritores porque siempre me hablan de su obra, y eso me aburre mucho. He tenido más amigos pintores que escritores.

P. Se le considera una persona ingeniosa. ¿Cree que el ingenio es importante?

R. El ingenio es divertido, es como el sentido del humor, algo que se agradece y que hace la conversación más lúcida y más vibrante. No tiene una transcendencia excesiva, como tampoco la tiene la memoria, ni quizá ninguna de las facultades de la inteligencia por separado.