Gala elogia la cultura de la tolerancia

El escritor Antonio Gala recibió ayer un homenaje en los jardines de Cecilio Rodríguez, del madrileño parque del Retiro, cerca de la Feria del Libro, con motivo de la publicación de su libro Andaluz, editado por Carmen Díaz Castañón, y de la biografía Antonio Gala, un hombre aparte, escrita por el poeta y escritor malagueño José Infante, ambas obras editadas por Espasa Calpe. Las notas mágicas de la guitarra flamenca de Tomatito clausuraron un acto en el que fue protagonista, por encima de Gala, la tierra andaluza y su tolerancia.

En su intervención, Gala narró los muchos recuerdos que le unen a Andalucía, pero por encima de todo hizo un elogio de esta región como símbolo de la convivencia de culturas y de la tolerancia, como un lugar abierto a muchos vientos cuyo pasado ha marcado para siempre su futuro. "He comprobado que somos lo que hemos ido siendo, somos el producto de iniciativas y fracasos, nuestra historia es más larga que nosotros. Andalucía es una eterna fusión de sus contrarios y siempre ha conquistado a sus conquistadores. Las ortodoxias son exigentes y sangrientas, los fanatismos acaban en el crimen", leyó Antonio Gala en un texto de presentación que dedicó a la antóloga del libro, Carmen Díaz Castañón, que también recopiló los textos de amor del autor de El manuscrito carmesí, en el libro El águila bicéfala.

"Me irrita que no se comprenda la importancia de la presencia árabe en España. Ocho siglos de convivencia no se pueden resumir con la idea de la Reconquista, de echar al islam. No se puede luchar contra lo que está dentro de nosotros. La historia es la vida y, por encima de lo demás, es la amistad, que representa la convivencia, y la cultura, producto de la creatividad. Y ambos conceptos son lo contrario de la destrucción. Una convivencia profunda, fruto de un dificil entendimiento. No estamos solos, nuestros gestos no son sino una recuperación. No hay futuro que se conciba sin el pasado".

Gala terminó así su intervención, que arrancó los aplausos de un público entre el que se encontraban los escritores Arturo Pérez Reverte, José Luis Sampedro o Eduardo Mendicutti; las actrices Julia Gutiérrez Caba, Carmen de la Maza o Nati Mistral y, al final, la ministra de Cultura, Carmen Alborch.

Antonio Gala, un hombre aparte no es una biografía autorizada, sino consentida por Gala, que, según su autor, José Infante, se resistió a ponerse delante de un magnetófono para contar su vida y sus recuerdos. Tampoco se puede decir que sea una biografía al uso, cargada hasta los topes de fechas y documentos. Este libro es el fruto de muchos años de amistad y muchas horas de charla entre dos viejos compañeros de tertulia.

"Se trata de una semblanza biográfica cuyo protagonista ha declarado que aún no la ha leído. Sólo deberíamos hablar de sensaciones y visiones, no de ideas, que la mayoría de las veces ni siquiera son nuestras. Eso es lo que he intentado dar en este libro que un amigo común ha descrito como una biografía cubista", señaló José Infante. "Gala es un hombre decepcionado a fuerza de lucidez, es un embaucador, seductor de auditorios y prestidigitador del lenguaje".