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La pobreza absoluta desciende en España

La pobreza, a pesar de la crisis, ha experimentado un descenso en España. Comparando la situación con 1980, los pobres absolutos han pasado de cuatro a un millón de afectados, según los datos del último informe sociológico realizado por la Fundación Foessa. La solidaridad familiar y la ampliación de servicios sociales y subsidios son la clave de este pequeño milagro, según este estudio. Sus autores advierten que, de eliminarse, reducirse o privatizarse alguno de los capítulos de prestaciones estatales, la pobreza no sólo volverá a crecer sino que arrastrará a sectores de la población española tradicionalmente alejados de la indigencia.Los resultados del informe Foessa, que ayer fueron adelantados en la presentación del se minario La pobreza en España hoy, organizado por la Fundación Argentaria, también apuntan a una disminución en la última década de los afectados por la pobreza no severa -un 50% menos de gastos que la media española-. En esos diez años, este sector ha caído de un 22% a un 19,7% de la población. Es decir, uno de cada cinco hogares españoles.

Según el sociólogo José Navarro Botella, director de estudios del Equipo de Investigación Sociológica EDIS, el aumento del paro todavía no ha incidido en un incremento de la pobreza, porque son las mujeres y los jóvenes las principales víctimas de la crisis ocupacional. Eso, dice, permite a la solidaridad familiar jugar un importante papel atenuante. "Lo que no podemos garantizar es que esta situación pueda mantenerse de forma indefinida", añade Navarro.

Organizaciones no gubernamentales especializadas en ayuda humanitaria como Cáritas han advertido, sin embargo, sobre la aparición de nuevas situaciones de pobreza en franjas tradicionalmente alejadas de la indigencia o la marginación. "En los últimos meses, las llamadas de auxilio inmediato en nuestros despachos de estos nuevos pobres de clase media han sumado entre el 10% y el 15% de los expedientes", explicaba recientemente el presidente de Cáritas, Luis Franco Martínez Osorio.

Según su organización, estos nuevos pobres son los cabezas de familia con edades entre 40 y 50 años que gozaban de un nivel de vida desahogado y estable y han perdido su puesto de trabajo por el cierre masivo de las fábricas. Nunca habían tenido problemas con el empleo y cuentan con un discreto nivel de cualificación. Para Cáritas, la falta de experiencia con estos nuevos casos, no incluidos en ninguna de las tipologías de pobreza contempladas por los servicios sociales, es la causa de que, cuando se deciden a solicitar ayuda, arrastran. un endeudamiento ajeno a los pobres tradicionales.

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