Mandela pide a los blancos que han huido de Suráfrica que vuelvan

En Kuazulu-Natal, cuya Cámara no se formará hasta el miércoles, los duros del ANC estaban analizando las medidas a tomar contra el fraude electoral que, dicen, les ha robado la victoria en los comicios provinciales en beneficio del casi exclusivamente zulú Partido de la Libertad Inkatha (IFP).Mandela no deja pasar día sin hacer gestos para tranquilizar a los blancos. Ayer, a la salida de una ceremonia religiosa celebrada en una sinagoga de Ciudad del Cabo, aseguró que su Gobierno va a llevar adelante el Programa de Reconstrucción y Desarrollo sin que la minoría blanca tenga que sufrir por ello una pérdida en su calidad de vida. Ese programa pretende crear en un lustro 2,5 millones de empleos, construir un millón de viviendas, llevar agua y luz a otros 2,5 millones de hogares y distribuir millones de hectáreas entre agricultores negros. Un proyecto con un presupuesto sobre el papel más de diez veces inferior a lo que va a ser su coste real, según algunos analistas.

Para consolidar la inestable confianza de esta minoría privilegiada, Mandela tiene previsto mantener en Hacienda al actual ministro, Derek Keys, además de ratificar al gobernador del Banco Central, Chris Stals.

El futuro presidente también se ha confesado aliviado por no conseguir los dos tercios de los votos que hubiesen permitido al ANC, en teoría, redactar por sí solo la futura Constitución surafricana. Cree Mandela que así no habrá dudas sobre su voluntad y necesidad de compromiso.

Las palabras de Mandela ya empiezan a ser contrastadas con los hechos y el anuncio de la lista de los 16 ministros que el ANC va a aportar al Gobierno ha suscitado los primeros gestos de desconfianza.

Fidelidad a los amigos

Mandela ha confirmado su extraordinaria fidelidad a los amigos y ha optado mayoritariamente por camisas viejas de la lucha histórica y el exilio en vez de por la sangre joven de quienes lanzaron hace una década y desde el interior la ofensiva final contra el régimen racista. Las dos sorpresas más llamativas han sido el nombramiento de Alfred Nzo como ministro de Exteriores y de Joe Modise como responsable de Defensa. Nzo demostró durante años su incapacidad al frente de la secretaría general del ANC y fue derrotado aplastantemente en 1991 por el joven Cyril Ramaphosa cuando pretendió seguir en el cargo. Modise, como Nzo, fue criticado en un informe interno del ANC por los malos tratos infligidos a los presos en los campos en el exilio de la organización.

Además de los 17 miembros. del ANC, incluido Mandela, que tendrá el Gobierno de Unidad Nacional, se da por hecho que, respetando la proporcionalidad de los partidos en la Asamblea Nacional, habrá cinco miembros del Partido Nacional, con De Klerk como segundo vicepresidente ejecutivo; tres de Inkatha y dos de otros partidos, hasta cubrir las 27 carteras previstas. El ANC obtuvo el 62,7% de los sufragios y 252 de los 400 escaños en la Asamblea Nacional, que se reunirá Mañana en Ciudad del Cabo para proclamar a Mandela presidente. El traspaso de poderes de De Klerk a Mandela se realizará el martes en Pretoria. Al ANC le siguió el Partido Nacional (20,4%, 82 escaños), el IFP (10,5%, 43), el afrikáner Frente de la Libertad (2,2%, nueve), el Partido Demócrata (1,7%, siete), el Congreso Panafricanista (1,2%, cinco) y el Partido Demócrata Cristiano Africano (0,5%, dos).

Mangosuthu Buthelezi, el líder de Inkatha, ha reiterado su disposición a cooperar con Mandela, aunque no está claro que vaya a aceptar una cartera ministerial. Las relaciones entre el ANC y El IFP siguen sin mejorar en Kuazulu-Natal, donde ambos partidos están en pie de guerra desde hace una década. Harry Gwala, responsable del ANC en la zona de Pietermaritzburg, ha repudiado los resultados electorales. El escrutinio de los votos para el Parlamento provincial de Kuazulu-Natal ha dado un 50,3% de apoyo popular y 41 de los 81 escaños de la Cámara al IFP, frente al 32,2% de sufragios y 26 actas al ANC.