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Dos millonarios en el talego

Rubio y De la Concha, acogidos como presos "normales" por los funcionarios de la carcel de Carabanchel

Mariano Rubio y Manuel de la Concha, a diferencia de los otros 2.200 presos de Carabanchel, no pudieron acudir a la novillada celebrada ayer tarde en el propio recinto penitenciario. Aunque lo más probable es que tampoco tuvieran el cuerpo para festejos taurinos. Ambos comparten celda, desde las cinco de la madrugada de ayer, en el módulo de ingresos. Comieron paella, pescado o carne -"a elegir", dicen los funcionarios- y fresas. Este fin de semana podrán ser visitados durante 40 minutos por sus esposas, Carmen Posadas e Isabel Falabella, que ayer intentaron infructuosamente visitar a sus maridos. "Son dos internos más", afirma José Antonio Moreta, el director del talego, como denominan los reclusos al centro carcelario.Mariano Rubio y Manuel de la Concha fueron detenidos poco después de las ocho de la tarde del pasado miércoles. El primero, en su domicilio, próximo a Las Cortes, y el segundo, en su despacho profesional. Después fueron trasladados a la sede de los juzgados de la plaza de Castilla, a disposición del titular de Instrucción numero 151 Eduardo Gutiérrez Gómez, que estaba de guardia.

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Gutiérrez tuvo que decidir sobre los 35 presuntos delincuentes que le llevó la policía. Entre ellos, los únicos que no encajaban en el habitual panorama de los calabozos eran Rubio y De la Concha. Los demás eran pequeños rateros, traficantes de droga de tres al cuarto, un presunto violador y un par de orientales acusados de tener pasaportes falsos. Curiosamente, su señoría ordenó la puesta en libertad de todos excepto los dos financieros.

El ex gobernador del Banco de España y su amigo fueron llevados en conducción ordinaria, en un furgón de la policía, hasta la prisión de Carabanchel, adonde llegaron en torno a las cinco de la madrugada. Los funcionarios de guardia les cachearon y les fotografiaron para confeccionar el correspondiente expediente.

Rubio y De la Concha han sido instalados en el departamento de ingresos, junto con otros 12 chorizos de poca monta cuyo encarcelamiento ordenaron los jueces de guardia durante la tarde-noche del miércoles. Ambos personajes han sido alojados en la misma celda del citado departamento, que tiene capacidad para 80 internos. Aquí permanecen todos durante un tiempo variable hasta que, después de ser estudiados por el equipo de tratamiento, son clasificados según su grado de peligrosidad antes de pasar a las diferentes galerías.

Los dos millonarios no recibieron el tradicional chándal que se entrega a los recién llegados. Era innecesario: ambos llevaban solamente lo puesto, pero su atuendo estaba impecable. "Si lo necesitan, no hay problemas para que se les facilite una camisa limpia hasta que sus familias puedan traerles ropa este fin de semana", según indicaron ayer fuentes de Asuntos Penitenciarios.

El director de la cárcel asegura que no ha hablado con Rubio y De la Concha -"¿por qué voy a hacerlo, si son dos internos más?"- y se desconoce si tienen apetito o están desganados. Su primer desayuno a cargo del erario público consistió en café con leche, tres magdalenas, una barrita de pan, una tarrina de margarina y otra de mermelada.

En el módulo de ingresos no hay televisión ni radio, ni llegan los periódicos, de modo que ayer no pudieron ver ni oír el despliegue informativo que ha desencadenado su caso. "No han podido seguir la conferencia de prensa ofrecida por el presidente del Gobierno", relató José Antonio Moreta. No obstante, en los próximos días pueden, si así lo desean, adquirir tales aparatos en el economato del centro.

Manuel de la Concha fue visitado por su abogado, Miguel Bajo, pocas horas después de ingresar en el talego. Mariano Rubio lo fue por el suyo, Gonzalo Rodríguez Mourullo, por la tarde. Por el momento, son las únicas personas con las que pueden hablar a través de un cristal blindado, utilizando para ello los locutorios.

"Están en buenas condiciones psíquicas", explicó el máximo responsable de la prisión, que ayer no daba abasto para atender a los múltiples requerimientos informativos de los periodistas. Sin embargo, se sabe que Rubio estuvo "muy abatido" durante su declaración ante el juez, mientras que su compañero se mostraba "más tranquilo".

El ex gobernador del Banco de España y el ex presidente de Ibercorp serán examinados durante los próximos días por los psicólogos, médicos y educadores con objeto de determinar su estado físico y anímico. Lo fundamental en estos casos es advertir si el recluso manifiesta tendencias suicidas, ya que en ese caso se le interna en un módulo especial sometido a constante vigilancia.

"No tendrán ningún trato especial; para nosotros son dos internos más", afirma el director de la prisión refiriéndose a Rubio y De la Concha. Ambos ocuparán su tiempo en tomar el sol en el patio, leer o ir a la escuela existente en el módulo donde han sido alojados.

La presencia de tan importantes reclusos, no obstante, ha alterado en cierta forma la normalidad de la mastodóntica cárcel madrileña. Ayer fue un continuo trasiego de periodistas durante toda la mañana, muchos de ellos con la intención de acreditarse para poder asistir a la corrida organizada por la tarde por la Escuela de Tauromaquia."Creerán que Rubio y De la Concha van a ir a los toros o que en algún momento se cruzarán con ellos... ", comentaba con sorna uno de los guardias civiles que vigilan la cárcel. Pero el ruedo está demasiado lejos del chabolo [la celda] de los famosos presos.

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