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Los pescadores andaluces temen que otros países sigan a Argelia en la ampliación de sus aguas

El Gobierno andaluz y la Interfederativa de Cofradías de Pescadores temen el posible efecto expansivo de la decisión argelina de ampliar unilateralmente sus aguas territoriales hasta las 53 millas (96 kilómetros). Los pescadores consideran descabellada la medida y reclaman un acuerdo de los países mediterráneos que evite que cunda el ejemplo. Por el momento, la propuesta argelina afectaría directamente a más de 150 familias de pescadores andaluces. Cuando entre en vigor el decreto, entre 15 y 20 barcos de las flotas de Carboneras, Almería y Algeciras se verán perjudicados por la medida.Según el presidente de la Interconfederativa Andaluza de Cofradías de Pescadores, Rafael Montoya, se perderán en torno a los 50 millones de pesetas anuales por la imposibilidad de efectuar los turnos previstos.

La zona de aguas internacionales que quedaría prohibida tras la ampliación argelina es rica en pez espada, marrajo, tintorera y atún. De estos caladeros dependen directamente 150 familias que trabajan en la flota del palangre de superficie de los puertos de la costa oriental andaluza. Pero como reconoce el propio Montoya, además de la incidencia de la medida argelina, el peligro es que el ejemplo se extienda a otros países magrebíes.

El ministro español de Asuntos Exteriores, Javier Solana, de viaje en Estados Unidos, prefirió no opinar sobre el asunto porque "no hay ningún documento concreto ni preciso" sobre la decisión argelina. No obstante, el titular de Agricultura y Pesca, Vicente Albero, afirmó ayer que ya se ha comunicado a las autoridades comunitarias la iniciativa de Argelia a la espera de más información. sobre el decreto.

Mientras no se haga público el decreto argelino o, al menos se conozca de forma detallada, Exteriores se limitará a solicitar aclaraciones a través de los cauces diplomáticos. Cuando entre en vigor el decreto, el Gobierno español no reaccionará probablemente extendiendo a su vez sus aguas juridiccionales, sino que las mantendrá en el límite actual de 12 millas (21,6 kilómetros). Hará, sin embargo, lo que en el lenguaje diplomático se llama una reserva de derecho, que equivale a no dar su aquiescencia a la medida.

En círculos diplomáticos españoles se achaca la iniciativa del Gobierno argelino no sólo a su deseo de potenciar la pesca. Se trata además de un gesto impulsivo de carácter nacionalista por parte de un régimen desestabllizado por la violencia integrista.

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