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Los asesores españoles creen que la propuesta cubana de apertura económica se queda corta

Las ideas sometidas por los dirigentes cubanos a sus interlocutores españoles para sacar adelante su economía son más bien parches para una crisis y distan mucho de ser un proyecto global y rápido de reforma que desemboque en una economía de mercado, según fuentes de la Administración. Desde el lunes, una delegación cubana encabezada por el número tres del régimen, Carlos Lage, se encuentra en Madrid para, según el presidente Felipe González, discutir "las medidas que servirán para transformar ese sistema, liberalizar la economía y superar la situación de crisis".

A Lage, presidente del Comité Estatal de Finanzas, le acompaña José Luis Rodríguez, vicepresidente del Consejo de Estado. Su principal interlocutor en Madrid ha sido el ex ministro de Economía Carlos Solchaga, que supervisa a un equipo de expertos integrado por funcionarios del Banco de España y ejecutivos de Argentaria que asesoran a Cuba.Ambos responsables cubanos se entrevistaron además el martes con González y con el titular de Economía, Pedro Solbes. Ayer se reunieron, sucesivamente, con el ministro de Exteriores, Javier Solana, y con el vicepresidente de la Comisión Europea, Manuel Marín, y antes de regresar a La Habana tienen hoy concertada una cita con el titular de Comercio, Javier Gómez Navarro.

González no analizó detalladamente, en su conferencia de prensa conjunta con el presidente de Kazajstán, Nursultán Nazarbaiev, las divergencias entre los cubanos y sus asesores. Sí explicó, sin embargo, que la parte española "insiste en que las medidas deben tener una coherencia interna". "No deben ser desconectadas unas de otras de tal manera que el sistema sea incoherente". Uno de los interlocutores precisó que Lage, que es, de hecho, el primer ministro de Fidel Castro, no se ha fijado realmente unos objetivos económicos con un calendario detallado.

Entre las iniciativas sometidas por Lage a sus anfitriones figuran la introducción de la fiscalidad, en un país carente de impuestos, la liberalización de ciertos precios, la reforma de la sanidad, la promoción de empleos autónomos y de las cooperativas agrícolas. También preconiza una apertura de la isla a su entorno facilitando las comunicaciones aéreas y telefónicas.

El verano pasado fueron puestas en práctica algunas primeras medidas liberalizadoras. El proceso de apertura se está llevando a cabo con gran lentitud. "Por parte cubana se pretende hacer con el menor costo social", explicó González. "Están preocupados por el ritmo de la reforma", añadió.

Para Lage, la entrevista de 90 minutos que mantuvo con González "representa un avance en las relaciones y el intercambio con España". Lage, que dio a conocer sus declaraciones a través de un texto escrito difundido por la embajada de Cuba, añadió que ambos realizaron "un profundo y amplio análisis e intercambio sobre la marcha del proceso inversionista español en Cuba y las medidas necesarias para acelerar este proceso", así como sobre qué medidas tomar para ayudar e impulsar "la cooperación y evolución del comercio bilateral".

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