"Muero de impotencia ante el genocidio cultural"
Puede no ser por mucho tiempo pero me voy harto del País Vasco, harto de Navarra, por referirme a estos lugares no digo Euskalherria que entiendo como territorio histórico en unidad cultural y política, que ya no existe. Muero aquí de hambre de justicia, de impotencia ante el genocidio cultural ya consumado con la indiferencia de un país derrotado, concluido. Es falso que los pueblos se merecen el Gobierno que tienen, es todo lo contrario, lo comprobamos con el nuestro. Se nos ha perseguido a creadores y artistas en cultura nuestra hasta prácticamente destruirnos para dejar desarmado al pueblo que habéis convertido en confundido y obediente rebaño.El Parlamento no ha recogido las denuncias y análisis responsables con los que debía haber condenado Guggenheim genocidio cultural lapurestafa euskodisney. Gobernantes analfabetos culturales, teólogos rebotados a la carretera (no escribo carrera política) digo a la carretera política como bandoleros. Aquí en lugar de esta basura en democracia blanda de delincuencia cultural y política de justicia de jueces de pena, era democracia dura, una democracia Pericles con gobierno de unos hombres enteros y no de Partidos con el hombre partido su cerebro como el culo.
Me hubiera deseado antes de irme ver la edición última a los 30 años de mi Quousque tandem con su prólogo a ver cómo sentaba. Lo ha impedido la huelga de más de un mes que llevan los impresores en Pamplona. Al mismo tiempo y en otro país cualquiera tan inconsciente como el nuestro estamos viendo huelga de más de un mes de enterradores con sus ataúdes rotos y los cadáveres asomados pudriéndose en el suelo.
Se alquila ahora este infortunado país nuestro, será para un turismo pobre. Aquí hemos perseguido con agrupaciones y frentes de cultura un modelo de país que corresponde a un turismo interesado en acercarse a nuestros museos de arte y diseño en experimentación adelantada, urbanismo en vanguardia (para qué seguir). Y con estos años de autonomía perdida con gobiernos irresponsables esto es lo que tenemos, atraso y política con las manos de basura casi todos, algunos con la sangre de hermanos.
Hace dos años que debí concluir mi libro de filología vasca en nuestro preindoeuropeo con el descubrimiento para Occidente de su primera epopeya que permanecía escondida en una prehistoria que no podía ser investigada lingüísticamente. Yo me lo propuse y ha sido mi trabajo.
El historiador se había equivocado al fijar fecha en el nacimiento del tiempo histórico, que lo he situado de cinco a siete milenios antes de nuestro mesolítico final, con una cultura del cielo que ya tiene su origen con el - 14.000 del cazador y pintor de nuestros santuarios. En las dos epopeyas consideradas las primeras de Occidente, Gilgamesh y luego los argonautas del vellocino de oro, encontramos memoria mítica y lingüística de viajes iniciáticos en nuestra cultura del cielo al encuentro con el país del nacimiento del sol (concluiré el libro).
He perdido estos dos últimos años, como toda mi vida, con los demás. He trabajado con una espléndida juventud recién salida de la universidad que me ha entristecido, preparación incompleta, profesionalmente no alcanza a responder, una juventud como ausente. Pero no todo es funeral y desaliento. Hay dos movimientos en tradición popular de identidad y en estética vanguardia actual cuyo objetivo es la educación de un niño nuevo creador imaginante incontenible y nuestro. Un modelo de niño para un hombre nuevo en nuestro país. Estos dos movimientos paralelos, complementarios que se identifican, Ikertxe eta Ikaspilota.
lkertxe-Laboratorios Arteniño (Camino de Puyo, s/n. Azkaratenea, 20009 Donostia). Ikaspilota / Gipuzkoako Ikastolen Elkartea (Karmelo Balda Pilotalekua. 20014 Donostia).
Tenéis que acercaros a conocer y apoyar; sorpresa increíble descubrir niños y adolescentes así despiertos encendidos y vivientes de futuro. Equipos de educadores y dirección; sorpresa individualidades popularmente queridas, asombro de juventud fortaleza moral investigación. Éste es mi país, volveré pronto, volveré.
Babelia
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