Cultura retrasa la concesión de las subvenciones anticipadas al cine

El nuevo director general del Instituto de la Cinematografía y de las Artes Visuales (ICAA), Enrique Balmaseda, sugirió ayer que el Ministerio de Cultura retrasará la concesión de las subvenciones anticipadas al cine, cuyo primer plazo termina a finales de marzo. Las dificultades que ha encontrado Cultura para cerrar la composición de la comisión que tiene que conceder dichas ayudas, junto a la parálisis creada por la convalecencia del anterior director del ICAA, Juan Miguel Lamet, explican este retraso.

En su primera comparecencia tras su nombramiento ayer por el Consejo de Ministros como director general del ICAA, Enrique Balmaseda dejó entrever la posibilidad de que se retrase tanto la composición de la comisión que debe adjudicar las subvenciones anticipadas al cine, como la concesión de dichas ayudas. Antes de la crisis abierta por la inesperada dimisión el jueves por la tarde del anterior director del lCAA, Juan Miguel Lamet, y el nombramiento de Balmaseda para sustituirle, el Ministerio de Cultura tenía previsto hacer públicos los integrantes de la comisión el próximo lunes para poder otorgar las ayudas en el plazo previsto que concluye a finales de este mes.Para este mismo día, hay prevista una reunión de Balmaseda con el subsecretario del departamento, Enrique Linde, en la que se estudiará la composición de dicha comisión.

El nombramiento de Balmaseda, que ya ocupó este cargo entre 1990 y 1992 en la etapa de Jorge Semprún como ministro de Cultura, se produjo tras la dimisión del socialista Juan Miguel Lamet, considerado cercano al sector guerrista del PSOE, que ayer justificó su salida por "incompatibilidad" con el subsecretario de Cultura, Enrique Linde y su desacuerdo con las últimas medidas de la política cinematográfica del departamento.

Para el nuevo director del lCAA, que cree que las bases de la política audiovisual europea se van a asentar este año y el próximo, las medidas proteccionistas al cine español, contenidas en el decreto ley del pasado mes de diciembre, son necesarias pero transitorias, en concreto las licencias de doblaje.

El director del ICAA apuntó la posibilidad de que el plazo de cinco años para eliminar dichas licencias se reduzca, ya que "tendremos estructuras de distribución a nivel europeo más sólidas". Balsameda se mostró partidario de que se potencie la inversión privada, como está ocurriendo en el resto de Europa. "Eso se conseguirá a medida que se vayan haciendo buenas producciones, que animen a los empresarios a meter dinero en películas porque resulten rentables", señaló Balmaseda que también apuntó que las producciones españolas tienen que tener su mirada puesta en el mercado europeo, ya que sólo en España son difícilmente amortizables.

Balmaseda rechazó las críticas por un excesivo proteccionismo a la industria cinematográfica. "El cine no es uno de los sectores más protegidos en Europa", dijo Balmaseda, que citó como ejemplos la industria automovilística o la agricultura.

Sobre la guerra abierta entre distribuidores y exhibidores y los productores, a raíz de la publicación del decreto-ley y que provocó la primera huelga de salas de cine en España, Balmaseda dijo que no es fácil que las tres partes se pongan siempre de acuerdo, aunque sí reconoció que los intereses de los productores y los distribuidores son más afines: "La exhibición tiene otros problemas".

El audiovisual europeo

El nuevo director del lCAA, que forma parte del grupo de trabajo de la Unión Europea para estudiar la reforma del sector audiovisual en Europa, se mostró optimista sobre las posibilidades de expansión en este terreno. "España tiene importantes posibilidades de expansión en Europa y cuenta además con un gran potencial de expansión en Latinoamérica".

Balmaseda resaltó la importancia de construir infraestructuras capaces de competir a nivel internacional y defendió la promoción de un canal potente de distribución en Europa, como salida a la actual y potente hegemonía de la industria norteamericana. "Hay que lograr una postura común para poder luchar contra el poderío de las grandes empresas estadounidenses. Sin embargo, nuestro objetivo es que no haya guerra contra Europa, sino trabajar juntos".