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Mucho espacio y más millones

La sede del Centro de Cultura Contemporánea Casa de la Caritat es un gran edificio de unos 14.000 metros cuadrados situado en pleno barrio del Raval de Barcelona, una zona deprimida que se ha querido revitalizar con la construcción de numerosos equipamientos culturales. Los arquitectos Albert Viaplana y Helio Piñón, que han obtenido el Premio Ciutat de Barcelona de arquitectura por la rehabilitación de este edificio, han restaurado tres antiguas construcciones del siglo XIX que envolvían en forma de U el Pati de les Dones, y han cerrado el cuadrado que forma este enorme patio con un bloque de nueva planta que distribuye, con escaleras mecánicas, ascensores y rampas, el acceso a los distintos pisos. Este nuevo edificio tiene una fachada acristalada que acaba en una importante inclinación que permite reflejar el skyline barcelonés. El centro está dotado de bar, librería especializada, cuatro aulas para los cursos y conferencias, un auditorio con capacidad para 180 personas y, además de las salas de exposiciones, varios espacios polivalentes -como el vestíbulo y el patio- en el que pueden realizarse todo tipo de actividades.Las obras se iniciaron en 1990 y han tenido un coste de unos 3.500 millones de pesetas sufragadas en au totalidad por la Diputación de Barcelona, que durante estos años ha destinado todas las inversiones culturales que debía realizar en Barcelona a este centro. La Diputación y el Ayuntamiento de Barcelona integran el consorcio del CCCB, creado en 1988, y son también los principales soportes económicos del centro. Este año han aportado para el presupuesto ordinario del centro 300 millones de pesetas, a partes iguales, de un presupuesto global de 780 millones de pesetas. El director del CCCB, Josep Ramoneda, aun confía en que el Ministerio de Cultura, que vagamente se ha comprometido con el proyecto, aportará otros 150 millones de pesetas, pero el resto del presupuesto se intentará conseguir con el patrocinio, con la venta de entradas (la tarifa normal es de 500 pesetas) y con la itinerancia de las exposiciones que organice el CCCB.

Para mantener el centro abierto se necesitan, de entrada, 300 millones de pesetas para gastos de personal (35 personas de plantilla) y funcionamiento y mantenimiento deledificio. "El económico será siempre el principal problema de este centro", reconoce Ramoneda. "Para que funcione dignamente se precisan entre 800 y 900 millones de pesetas anuales. Por debajo de esta cifra habría problemas para mantener con un mínimo de calidad un espacio de estas características".

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