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Levi Montalcini cree que la denuncia de compra de su Nobel es un compló

La Academia Sueca atribuye el escándalo a la situación italiana

Rita Levi Montalciní, galardonada con el Nobel de Medicina en 1986 por su descubrimiento del factor de crecimiento en el sistema nervioso, atribuye a un compló de las multinacionales la denuncia de que su premio se compró por 1.200 millones de Pesetas. Según Levi Montalcini, el compló tiene como objetivo la destrucción total de la industria farmacéutica italiaría". Michael Sohlman, director ejecutivo de la Fundación Nobel, rechazó el supuesto soborno y dijo que el escándalo es fruto de la situación política italiana.

La doctora, que ha recibido expresiones de solidaridad de las máximas autoridades científicas y políticas de su país, se ha negado "a desmentir semejante sinverguencería". ¿Quién podría influir sobre las decisiones que decenas de científicos de todo el mundo adoptan en la Academia de Ciencias de Estocolmo?", ha dicho Rita Levi.En el mismo sentido se han expresado los otros dos premios Nobel italianos vivos, el biólogo Renato Dulbecco y el físico Carlo Rubbia, quien ha dicho que la denuncia es una auténtica "cazzata" (gilipollez). "Me parece deshonroso para la profesión y para nuestro país que los medios de comunicación hayan dado tanto relieve a declaraciones de este tipo. Pretender que con un sobre se puede lograr influir en el comité del premio Nobel cuando ni siquiera Hitler lo consiguió, en circunstancias muy distintas, me parece un caso de psiquiatra", afirma Rubbia.

La propia Levi Montalcini señala que la fuente de la información está tan desprestigiada que "no merece ni un comentario". El autor de la denuncia de presunta corrupción en la concesión del Nobel es, en efecto, uno de los personajes más sórdidos traídos a la luz pública por las investigaciones sobre corrupción ligada a la política que desde hace dos años se desarrollan en Italia. Se trata de Duilio Poggiolini, un napolitano maduro próximo a la difunta Democracia Cristiana que logró mantenerse durante dos décadas como director general de Farmacia y enriquecerse gracias a las empresas del sector hasta el punto de que en su casa se encontraron más de 2.000 millones de pesetas en lingotes de oro, cuadros y piedras preciosas. Dijo que eran los regalos de Navidad de una vida.

Capaz de celebrar un matrimonio de conveniencia, sin convivencia, con la viuda de un amigo y colaborador vinculada a una veintena de empresas farmacéuticas, y de batirse ahora a dentelladas desde la cárcel con su cónyuge, también detenida, por los restos de un botín multinacional que incluye hasta beneficios del tráfico de sangre presuntamente contaminada depositados en cuentas suizas, Poggiolini ha guardado silencio durante meses hasta que, a mediados de enero, decidió confesar.

En el transcurso de unas declaraciones que han llevado ya a la cárcel a una docena de empresarios, el ex director general lanzó que todo Nobel tiene siempre detrás una empresa que le patrocina. Parte del dinero, dijo, lo recibe el científico para sus investigaciones, pero otra parte va a parar a la Academia Real de Ciencias de Estocolmo que concede el galardón.

Poggiolini añadió los presuntos detalles económicos del premio de Levi Montalcini, diciendo que los conocía porque le había informado de ellos Francesco Maria della Valle, consejero delegado de Fidia Farmacéutica en 1986.

Los periodistas llegaron a Della Valle antes que los magistrados, que ni siquiera habían intentacto contactar al empresario cuando las declaraciones de Poggiolini ya eran públicas. Y Della Valle reconoció que Levi Montalcini, como es notorio, había colaborado con su empresa. Pero negó tajantemente el pago de los 14.000 millones de liras.

Otra acusación

Lo cierto es que la historia ha merecido escasa credibilidad, aunque uno de los magistrados de Nápoles que investigan el caso haya asegurado: "Sabernos algo distinto y más significativo de lo que ha publicado la prensa. Las investigaciones prosiguen". Se dice que Alberto Aleotti, otro empresario implicado en las investigaciones, ha declarado que tuvo el proyecto de invertir 4.000 millones para favorecer la candidatura al Nobel de Francesco Balsano, un médico de Roma que fue detenido por orden de la magistratura napolitana.Michael Sohlman, director ejecutivo de la Fundación Nobel, calificó de absurdas las versiones sobre el supuesto soborno. "Está totalmente descartado que algo de esto haya sucedido", dijo. Y agregó que "estas afirmaciones reflejan más que otra cosa la situación de Italia", informa Ricardo Moreno desde Estocolmo. "El premio de Medicina es otorgado por la asamblea Nobel del Instituto Carolino, y nunca se entrega por nada que no sean estrictamente los méritos científicos de los candidatos", añade Sohlman, que asegura que el soborno en la Academia es prácticamente imposible. Los trabajos preliminares a la decisión, explica Sohlman, corresponden al comité de la Facultad de Medicina.

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