El cometa roto que chocará con Júpiter emitirá la energía de millones de bombas
La catástrofe cósmica se producirá en el mes de junio
Los fragmentos en que se ha roto el cometa Shoemaker-Levy son de tal tamaño que la catástrofe cósmica que se avecina cuando el próximo mes de junio choquen con el planeta Júpiter liberará una energía equivalente a 100 millones de megatones de TNT o 5 millones de bombas atómicas como la de Hiroshima. Un equipo de astrónomos ha hecho los cálculos basándose en las fotografías tomadas el año pasado por el telescopio espacial Hubble y los publica ahora en la revista Science.
En marzo de 1993 se descubrió el cometa roto y se calculó que su trayectoria le acercaba inexorablemente al planeta Júpiter. Ahora, el telescopio Hubble, una vez arreglado, ha vuelto a observar los fragmentos del cometa obteniendo imágenes mucho más claras que permitirán probablemente afinar los cálculos antes de la colisión.La ruptura se produjo, según la hipótesis que manejan los científicos, cuando el cometa se acercó en julio de 1992 al planeta y se vio afectado por su fuerza gravitatoria. Los cálculos actuales indican que se rompió en al menos 20 fragmentos.
Los 11 mayores tienen entre 2,5 y 4,3 kilómetros de diámetro; o sea, que son menores de lo aventurado hasta ahora. Sin embargo, son lo suficientemente grandes para que su impacto en Júpiter alrededor del 20 de junio de este año sea espectacular, debido a su alta velocidad.
Millones de megatones
Aunque el impacto se producirá en la cara entonces oculta del planeta, los efectos sobre la atmósfera serán visibles todavía cuando esta cara se vea desde la Tierra, pocas horas después, ya que el periodo de rotación de Júpiter es de 9,84 horas.Dado que la energía del impacto de un cuerpo es proporcional al cubo de su diámetro, los científicos han calculado con precisión el tamaño de los fragmentos y han obtenido la energía total de la colisión; nada menos que 100 millones de megatones.
Por otro lado, el transbordador Discovery, tripulado por cinco estadounidenses y un ruso, aterrizó el viernes, a última hora de la tarde (hora peninsular española) en el Centro Espacial Kennedy, tras un breve aplazamiento por el temporal que azota la costa oriental de Estados Unidos. Es la primera misión orbital estadounidense en la que ha participado un cosmonauta ruso. La presencia de Serguei Krikaliov ha marcado el comienzo de una colaboración espacial ruso-estadounidense.
Los ocho días y ocho horas en los que el Discovery ha permanecido en una órbita de 366 kilómetros de altura no han registrado maniobras espectaculares. Se realizaron 12 experimentos, pero no se pudo llevar a cabo el lanzamiento del satélite Wake Shield.
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