El congreso de hispanistas rusos, marcados por la crisis
La primera Conferencia de Hispanistas de Rusia se inaugura hoy en Moscú bajo el signo de la crisis. Organizada con la colaboración de la Embajada de España, participan en ella más de cien especialistas, divididos en cuatro grupos de trabajo: Lingüística; Literatura y Arte; Historia, Filosofía y Ciencias Sociales, y Arte de la Traducción.El desarrollo del hispanismo en Rusia ha estado intimimamente ligado a la política, lo que determina su actual crisis. Antes de la revolución socialista de 1917 no había una escuela de hispanismo propiamente dicha. Las obras literarias españolas se traducían al ruso a través del francés, y la imagen que se tenía de España era la de un país exótico y romántico.
Dos son los escritores que más han contribuido a esta visión romántica, que se conserva en la mente del ruso de la calle: Cervantes, con su Don Quijote, y García Lorca, posiblemente el poeta español más popular en Rusia. En el siglo pasado, el compositor Mijaíl Glinka -fundador de la escuela musical rusa moderna- hizo mucho por acercar España a Rusia. El mismo residió durante dos años en España, y testimonio de su simpatía por este país son su Jota aragonesa y Recuerdos de una noche de verano en Madrid.
La guerra civil española tuvo una gran influencia en la divulgación de lo español en la desaparecida Unión Soviética, y los españoles que llegaron a Rusia después de la derrota republicana echaron los cimientos del futuro boom del hispanismo ruso. La mayoría de los traductores e historiadores hispanistas diplomados en las décadas cincuenta y sesenta tuvieron profesores españoles, llegados a consecuencia de la guerra civil.
La revolución cubana también contribuyó enormemente a la divulgación de la cultura española: Cuba fue la primera tierra de lengua española a la que pudieron ir muchos rusos. Fue el lugar donde la literatura rusa se traducía al español y de donde se traducía la literatura española al ruso. Los libros de autores españoles publicados en Cuba también llegaban a Rusia, entregando a los especialistas las fuentes que tanto necesitaban.
La necesidad de gente con conocimientos de español estaba íntimamente ligada a la necesidad de propaganda y de expansión económica de la URSS. Cuando ésta desapareció y el Partido Comunista fue prohibido, se enfriaron las relaciones con Cuba y terminaron loz lazos con los partidos hermanos, en los que los de habla hispana ocupaban un importante lugar.
La nueva Rusia no consideró necesario seguir financiando el aparato estatal de propaganda y las numerosas revistas que salían en español fueron muriendo una tras otra. Las editoriales rusas dejaron de publicar libros en español y ahora editan muchísimo menos obras de autores españoles en ruso. Esto ha significado una tragedia para miles de especialistas y ha puesto en crisis al hispanismo ruso.
Babelia
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