Límites

Leí con la mejor disposición el artículo de opinión que firma don Pedro Laín Entralgo en el ejemplar del sábado 15 de enero de 1994, titulado Cultura catalana y cultura española.Es elogiable el tono conciliador del erudito, pero me pregunto si no acaba haciendo un pan como unas obleas al desplazar el límite de la comunidad autónoma de Cataluña hasta el cauce del río Cinca. Este río discurre por la provincia de Huesca (comunidad autónoma de Aragón) en casi todo su recorrido. Salvo ignorancia del que suscribe o sorpresas de última hora, el río que marca buena parte de la muga entre las provincias de Huesca y de Lérida es el Noguera Ribagorzana.

Quizá don Pedro se refiera a los límites de las diócesis catalanas o a los lingüísticos (de uso de la lengua catalana). Los primeros, a lo que se escucha por estos lares, están en vías de ser modificados para cuadrarlos con los políticos, porque, según parece, a las gentes del lugar no les gusta demasiado que sus sacerdotes dependan del obispo catalán de Lérida. Por lo que se refiere a los segundos, me gustaría deshacer la opinión de que la lengua mayoritariamente utilizada en la franja de territorio aragonés que se extiende entre el Cinca y el Noguera Ribagorzana sea el catalán. Esta lengua goza en Aragón de la protección que le dispensa el estatuto de autonomía de la comunidad, y se ha utilizado tradicionalmente, junto al castellano, sin conflictos, en algunas de las zonas de la citada franja. Esto fue así hasta que las cosas cambiaron.

Y es que el catalán nunca fue un problema en Fraga (Huesca) o en Mequinenza (Zaragoza), hasta que el castellano (y el estudio en castellano) comenzó a serlo en Almacelles o en Balaguer (ambas poblaciones en la provincia de Lérida). Por eso, algunos opinamos que, puestas así las cosas en cuestión de lenguas, lo mejor es aplicar el dicho que da la mejor regla para la buena vecindad: "Cada uno en su casa y Dios en la de todos".-