Los del porno en casa
Una ingeniosa campaña de 2020 con dos actores pornográficos que acuden a la casa de un niño que los busca en internet se vuelve ahora viral
Las redes lo reciclan todo. Hace cinco años, las imágenes de un padre que huye despavorido ante el peligroso alud que se cierne sobre la terraza de una estación de esquí, donde una bonita familia de perfiles escandinavos disfruta de su condición, corrieron como la pólvora. El padre se pira para salvar su culo, sin olvidarse de coger el móvil, mientras su mujer se arroja sobre sus dos hijos para protegerlos. Muchos de los que entonces se llamaban tuiteros salieron a clamar ante tal comportamiento, ciertamente poco elegante, del tipo. Se lanzaron diatribas e insultos de toda índole. La masa se sentía más unida que nunca ante un enemigo común, inequívoco, sin aristas, ni ambigüedades, sin reparar en que el pobre hombre solo se guía por la fuerza del instinto y del imperante darwinismo social de la supervivencia del más apto. El vídeo se hizo viral. Alguien avisó entonces de que las imágenes pertenecían, en realidad, a la película de 2014 Fuerza mayor, del provocador director sueco Ruben Östlund. El bulo se ha reproducido en diversas ocasiones por X (antes Twitter) y siempre hay quien se niega a creer que no es verdad, que es ficción, aunque muy realista.
Actores porno reales protagonizan la última campaña sobre Educación Sexual en Nueva Zelanda... ¿qué? 🙄 pic.twitter.com/3KLGQM2do8
— MΛRC VIDΛL (@marcvidal) September 15, 2024
También lo es otro video viral, que lleva también millones de reproducciones estos días en España. Es muy bueno, coinciden casi todos los opinadores. Una pareja desnuda llama a la puerta de una casa familiar y les abre una madre con una toalla enrollada en la cabeza que porta una taza. Calor de hogar. La mujer explica el motivo de su visita: “Estamos aquí porque tu hijo nos acaba de buscar en internet”. La madre, aún confiada, se vuelve y grita: “Matt, Matt, cariño. Aquí hay unas personas que han venido a verte”. Mientras el chaval aparece, la mujer desnuda (el hombre, todo músculos, no parece muy hablador) le cuenta que el nene los busca con el móvil, con el portátil, de todas las maneras, cuando “normalmente” actúan “para adultos” y su hijo es “solo un niño”. Puede que no sepa cómo funcionan las relaciones en el mundo real. Nosotros, ni hablamos de consentimiento, ¿verdad? Vamos directos al grano”, añade. El actor porno, por fin, abre la boca: “Sí, yo nunca actuaría así en la vida real”. Cuando aparece Matt y los ve, se queda petrificado.
Es un vídeo realizado en Nueva Zelanda, filmado al estilo de Spielberg en Salvar al soldado Ryan cuando los militares visitaban a los padres para comunicarles la muerte de un hijo, pero con humor. Son muchos los comentarios que aplauden la campaña de educación sexual de la agencia Motion Sickness. “A mí me ha gustado, creo que fomentan que los padres aprendan a comunicarse con sus hijos y les expliquen la diferencia entre lo que la pantalla y la realidad. Si lo hubieran hecho algunos/as/es seguro que acaba de otra manera que no me quiero ni imaginar”, dice un post. “Me parece que refleja una realidad, los niños acceden a porno sin mayor dificultad, pero nadie les explica que lo que ven no es real, cuestión sería que daña, también a muchos adultos disfuncionales para mantener relaciones sanas con sus parejas”, apunta otro. “Los actores porno son las personas sensatas, y la madre, la mala de la película por supuestamente no haberle explicado a su hijo que no lo trajo la cigüeña. Vamos tan de listos hoy en día que hemos vuelto a poner el contador a cero”, objeta un tercero.
Varios advierten de que la campaña es de 2020 y que ya entonces tuvo una excelente acogida. También reconocen la oportunidad del video, ahora en el inicio de curso, y hay quien recuerda otras campañas ingeniosas que alertan de que el porno, con tan fácil acceso, sea “la principal fuente de educación sexual de los adolescentes”, como se afirma en un anuncio argentino, en el que un doctor ausculta a una no menos supuesta enfermera, bajo la consigna: “No aprendés de medicina viendo porno y mucho menos de sexo”.
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