'Los políticos no entienden la ciencia básica'
Si Jacob no hubiera podido aprovechar su estancia en Madrid para contemplar los cuadros de El Bosco en el Museo del Prado, pocos placeres hubieran logrado curarle el desconsuelo de encontrarse enfermo; ni siquiera el homenaje académico que recibió en la Universidad Autónoma, el pasado viernes.Para este científico, la obtención del mapa físico del genoma humano es, sin embargo, "sólo una pequeña pieza de un rompecabezas que se lleva demasiado presupuesto". "A los políticos les encanta dar dinero para proyectos en los que se puede predecir un final; en cambio, la ciencia básica, atractiva precisamente por su imprevisibilidad, no la entienden".
Jacob habla tanto de genética del desarrollo, su preocupación actual, como de evolución o de bioética. Tuvo que guardar cama casi todos los días que pasó en Madrid, debido a una dolencia de tipo vírico, agudizada por los restos de metralla que Jacob, a sus 73 años, aún guarda en el cuerpo como recuerdo de la guerra: las mismas heridas que le obligaron a cambiar su vocación de cirujano por la de biólogo en 1950, cuando Watson y Crick todavía no habían descubierto la estructura de doble hélice del ADN. Los trabajos de Jacob contribuyeron a sentar las bases de la moderna biología molecular, especialmente sus hallazgos sobre genes reguladores por los que obtuvo el premio Nobel en 1965, junto con Lwoff y Monod.
"Se ha progresado mucho desde que yo empecé a traba jar", afirma. "Ahora es posible insertar piezas de ADN en el genoma de un organismo, clonar genes, aislarlos, purificar los, secuenciarlos... Esto es muy importante. Otro gran ha llazgo proviene de algo tan aparentemente insignificante como la mosca del vinagre, la drosophila melanogaster; se han identificado los genes que regulan su desarrollo, y ahora se ha visto que esos mismos genes están presentes en vertebrados como ratones y conejos. Esto ha sido una sorpresa. Imaginar que el cuerpo de todos los animales, incluido el hombre, está estructurado por el mismo tipo de genes, hubiera sido imposible hace sólo 15 años".
Para Jacob esta aportación es mucho más valiosa que el mapa físico del genoma humano, completado al 90% por un equipo francés el pasado mes de diciembre. "Eso es una pequeña pieza de un proyecto que tardará muchos años en finalizarse, y que no considero muy urgente. No me parece un descubrimiento colocar genes en sitios utilizando modernas técnicas. Es perfectamente razonable estudiar el genoma humano, pero no lo es, dedicar mucho dinero a ello en detrimento de otros proyectos".
Habría que primar, según Jacob, las investigaciones básicas en organismos modelo, como ratones, gusanos o levadura, "sin buscar de forma inmediata las aplicaciones en el hombre. Estos trabajos permiten conocer los mecanismos básicos de la vida, aunque cuando pides dinero para ellos nunca puedes explicarle a un político, porque no lo sabes, lo que vas a encontrar". Sí valora positivamente Jacob, sin embargo, la decisión del grupo francés encabezado por Daniel Cohen de poner el mapa del genoma a disposición de toda la comunidad científica. "Patentar algo de nuestro genoma no tiene sentido. Los americanos intentan, patentar secuencias de genes humanos... Sería como patentar la luna o el sol, lo cual carece de lógica".
Respecto a los peligros que pueden derivarse del mal uso de los descubrimientos sobre genética, el Nobel francés es tajante: "siempre hay. problemas éticos. Cuando se pasó de la Edad de Piedra a la de los Metales se pudo fabricar cuchillos, y éstos podían ser usados para pelar manzanas o para matar personas. Los científicos deben explicar su trabajo, pero no les corresponde a ellos decidir sobre el uso que la sociedad debe hacer. Decidir si se puede inseminar artificialmente a una mujer de 70 años no es un problema científico. Si un político me pidiera opinión probablemente contestaría que se están haciendo cosas muy poco razonables en este terreno".
Evolución
Otro de los campos en los que Jacob se mueve con soltura, es en el de la evolución. Le gusta resaltar las dificultades que encontrarán los investigadores del genoma para determinar las enormes diferencias que existen a nivel molecular incluso entre individuos de la misma especie, pero al mismo tiempo destaca las grandes similitudes entre todos los seres vivos. "Lo que hoy está claro es que todos los organismos están hechos con los mismos constituyentes, pequeñas piezas que se recombinan de diferentes formas. De ahí proviene la diversidad, pero son siempre las mismas moléculas, el mismo tipo de células las que construyen una mariposa o un hombre. Todos los seres vivos son parientes".
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